www.allugarsantisimo.blogspot.com

Ministerio Internacional Al Lugar Santisimo

Ministerio Al Lugar Santisimo

Ministerio Internacional Al Lugar Santisimo

Ministerio Al Lugar Santisimo

Ministerio Internacional Al Lugar Santisimo

Ministerio Al Lugar Santisimo

Ministerio Internacional Al Lugar Santisimo

1 2 3 4

sábado, 5 de abril de 2014

46. LIBRO LA ORACIÓN INTERCESORA DE DUTCH SHEETS


<<  Retroceder                 Continuar >>

Capítulo tres
Re-presentando a Jesús

Buscando respuestas
Cuando no sabes qué es lo que buscas, es probable que jamás lo encuentres. Cuando no sabes lo que haces, es probable que no lo hagas bien. Recuerdo que un día estaba sentado en la clase de inglés durante la preparatoria. Jamás había sido bueno en inglés —estaba demasiado ocupado haciendo cosas importantes, tales como jugar al fútbol americano y realizar competencias de pista. Era un viernes por la tarde y teníamos un gran juego esa noche. Es probable que se imaginen en donde se encon- traba mi mente. Después de colocar el balón en la zona de anotación, escuchaba el clamor ensordecedor de la multitud, mi mente volvió gradualmente a mi clase de inglés. La profesora estaba diciendo algo sobre el "pretérito perfecto". Bueno, no tenía ni idea de lo que era un pretérito, pero no me sonaba a nada bueno. Y sabía que por el hecho de estar en "perfecto" significaba que era una situación del momento o algo que estaba presente en el salón.
—Dutch —me dijo la profesora, probablemente se había dado cuenta de que estaba en otro lugar—: ¿Podrías encon- trarnos el pretérito perfecto? No sabía si debía buscarlo en el suelo, en el techo o fuera de la ventana. Intentando mostrarme inocente, inteligente y tan interesado como fuera posible, busqué alrededor del salón durante unos segundos antes de responder: —No, señorita, no veo ese perfecto por ningún lado. Pero no se preocupe, estoy seguro de que aparecerá por alguna parte. Jamás me imaginé lo que era ese pretérito perfecto, pero no debió ser algo tan malo o tan serio como yo pensaba porque, cuando di mi respuesta, todo el mundo se rió. Me sentí aliviado, después de añadir un poco de paz a la profesora que se encontraba obviamente turbada, y por poder salir de una situación potencialmente embarazosa. En fin ¿qué es la intercesión? No, eso no lo es. Sé que han hecho oraciones o cosas similares. Pero técni- camente hablando, la intercesión no es una oración. La ora- ción intercesora es la oración. La intercesión es algo que una persona hace y que puede hacerla en la oración. Eso es tan confuso como el pretérito perfecto, ¿no creen? Piensa de la siguiente manera: Estar de acuerdo no es oración, pero existe la oración para decir que estamos de acuerdo. La fe no es oración, pero existe la oración de fe. De la misma forma que una persona no puede orar intencional- mente una oración de acuerdo hasta que comprenda el signi- ficado del acuerdo, una persona no será muy eficaz en la oración intercesora hasta que comprenda el concepto de la intercesión. ¿Me comprenden? Antes de definir la intercesión —para que podamos definir la oración intercesora— no lo vamos a hacer únicamente de una forma literal, veámoslo también en el contexto de (1) el plan de Dios para la humanidad en el momento de la Crea- ción, (2) la interrupción del mismo plan debido a la Caída y (3) la solución de Dios. En otras palabras, vamos a ver el ¿concepto de la intercesión en estas situaciones y permitiremos que nos ayuden para su definición. Esto hará tres cosas: {„ 1. Te ayudará a comprender el concepto de intercesión para que puedas comprender la oración intercesora. \ 2. Te ayudará para que veas el papel de Cristo como el Intercesor. (Nuestra oración de intercesión siempre y únicamente será una extensión de Su obra intercesora. Esto es algo crucial y se volverá más claro conforme progresemos). « ; 3. Con esa clase de conocimiento, ¡te volverás la persona más espiritual de tu grupo de oración! r ' H I' * Definiendo la intercesión í i , Veamos primeramente el concepto literal de intercesión; lue- > go pensaremos en él en el contexto de la Caída. • Según Webster, interceder significa "ir o pasar entre; actuar i entre partidos con la visión de reconciliar a aquellos que \ difieren o contienden, interponerse; mediar o interceder; me- ; diación". 1 !• Utilizando la misma fuente; mediar significa "entre dos »' extremos"; interponerse entre partidos, al igual que un amigo v de ambos; negociar entre diferentes personas con la intención de reconciliar: mediar paz; intercesión". 2 Por favor fíjense que estos términos son mayormente sinó- nimos con algunas palabras repetidas que se utilizan para definir a cada una de ellas —entre interponer y reconciliar. , También fíjate que una se utiliza para definir a la otra: mediación define intercesión e intercesión define mediación. Como se puede ver claramente por medio de estas defini- ' ciones, el concepto de intercesión se puede resumir como mediar, estar en medio, rogar por otro, representar a una parte ante otra para, pero no limitado a, situaciones legales. La intercesión ocurre diariamente en nuestros tribunales con los abogados que interceden por sus clientes.
La intercesión ocurre en los contratos diariamente con abogados que representan a una parte ante otra. La intercesión ocurre en las reuniones de oficina y de negocios diariamente conforme las secretarias u otros traba- jadores "están de por medio", representando a un lado y al otro. No hay nada espiritual en todo esto. Involucra delegar. Involucra autoridad. Se resume en la representación. Como lo discutimos en el capítulo anterior, representar significa re-presentar, o volver a presentar. Hace muchos años mi padre contrató a un intercesor (lo llamamos abogado) para que lo representara en la corte. Papá había sido detenido por unos policías, golpeado y encerrado en la cárcel —todo esto mientras mi madre y mi hermana de tres años lo observaban. ¡Los policías lo habían confundido! Papá se dirigía a casa después de una reunión en la iglesia en la que había predicado esa noche, lo cual añadió ironía e injusticia a toda esta situación. Nuestro abogado se colocó entre papá, el juez, el otro abogado y la policía. Escuchó el caso, reunió las pruebas, se enteró de lo que quería papá y luego le re-presentó ante los jueces. Fue un buen mediador. Ganamos. No todas las intercesiones tienen que ver con un abogado. Esto es únicamente un ejemplo. Cualquier trabajo de repre- sentación o mediación es una intercesión. Ahora, pensemos en este concepto a la luz de la Creación y la Caída. Adán se suponía que representaba a Dios en el planeta Tierra —dirigiéndolo, gobernándolo para Él. Dios le dijo a Adán lo que quería y Adán le representó ante el resto de la tierra. Adán era un mediador de Dios. Literalmente, Adán era el intercesor de Dios o el mediador en la tierra.
Cristo, el Intercesor final Adán, por supuesto, fracasó y Dios tuvo que enviar a otro humano llamado el "postrer Adán" para hacer lo que el primer Adán supuestamente tenía que haber hecho, y arreglar el ^ desastre del primer Adán. Así que Cristo vino a re-presentar • a Dios en la tierra. Se convirtió en el intercesor o mediador, ' se puso en medio y re-presentó a Dios ante la humanidad. Según Juan 1:18, Jesús nos mostró a Dios: "A Dios nadie te vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, . él le ha dado a conocer". La palabra griega traducida "cono- cer" de hecho es exegeomaP de la cual obtenemos la palabra ^exégeta". ?" Probablemente has oído del niño pequeño quien "estaba ^haciendo un dibujo y le dijo su profesora: —Es un dibujo ./Interesante. Explícamelo. ; —Es un dibujo de Dios. —Pero nadie sabe como es Dios. i' —Lo sabrán cuando haya terminado —dijo el joven artis- %. 4 ¡Jesús vino y nos hizo un dibujo de Dios! Ahora sabemos como es. Pero esa no es la única dirección de Su intercesión. Existe una gran minoría en el hecho de que el Hombre que debía ser el intercesor, mediador o representante de Dios en la tierra ahora necesitaba que alguien mediara por él. Aquel que fue creado para representar a Dios en la tierra ahora necesitaba a *' alguien que le representase ante Dios. Cristo, por supuesto, se convirtió en el representante, intercesor o mediador, no sólo representó a Dios ante el hombre, sino que también representó al hombre ante Dios. ¡Este Dios-hombre fue el abogado de ambas partes! El es el último y el único intermediario. Él es "...apóstol [Dios a la raza humana] y sumo sacerdote [la raza humana a Dios] de nuestra profesión..." (Hebreos 3:1). El es el gran intermediario de Job, pendiendo entre el cielo y la tierra, colocando una mano en Dios y la otra sobre los humanos (ver Job 9:32,33). ¿Estás comprendiendo la ilustración? La intercesión de Cristo, apegándonos a su significado literal, no fue una ora- ción la que hizo, sino que El hizo una obra de mediación.
Jesús no está orando por nosotros; está intercediendo para que podamos orar. Esto es lo que significa pedir "en Su nombre". 
Y espero que estés listo para esto: No creo que la interce- sión que se le atribuye ahora mismo en el cielo por nosotros sea una oración. Estoy seguro de que se refiere a Su obra de mediación (ver 1 Timoteo 2:5), a que es nuestro Abogado delante del Padre (ver 1 Juan 2:1). Ahora está trabajando como nuestro representante garantizando nuestro acceso al Padre y nuestros beneficios de la redención. De hecho, Él nos dice en Juan 16:26 que no está pidiendo al Padre por nosotros: "En aquel día pediréis en mi nombre; y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros". Entonces, ¿qué es lo que hace conforme intercede por nosotros? Está mediando o de intermediario, no para librarnos de los cargos en contra nuestra como lo hizo para redimirnos de nuestros pecados, sino para presentar a cada uno de nosotros como justo y como Su pertenencia. Cuando me acerco al trono, Él siempre está allí diciendo algo como: "Padre, Dutch está aquí para hablar contigo. No viene por sus propios méritos o justicia, él está aquí basándose en Mí. Está aquí en Mi nombre. Estoy seguro de que recuerdas que he sido el intermediario entre Tú y Dutch y le diste acceso a Ti. Tiene que preguntarte algunas cosas". Puedes oír al Padre decir como respuesta: Por supuesto que lo recuerdo, Hijo. Tú le hiciste uno de nosotros. Porque vino a través de Ti, Dutch es siempre bienvenido. Entonces me mira y dice: Ven con valor ante mi trono de gracia, Hijo, y hazme tus peticiones. Jesús no está orando por nosotros; Él está intercediendo por nosotros para que podamos orar. Esto es lo que quiso decir con "en Su nombre".
Miremos un aspecto más de la intercesión de Cristo en el itexto de la Caída. Básicamente, la humanidad necesitaba ; cosas después de la Caída: Necesitaban a alguien que se iterpusiera" entre ellos mismos y Dios para reconciliarse a 'mismos para con Dios; también necesitaban a alguien que "interpusiera" entre ellos y Satanás para separarse de él. Jno estaba uniendo, el otro estaba desuniendo. Uno restable- ié la cabeza, el otro rompió la cabeza. Eran dos formas de Itercesión. \\ Necesitábamos ambas. Jesús hizo las dos. Como interce- -mediador, Él intercedió entre Dios y la humanidad, recon- íándonos con el Padre; y entre Satanás y la humanidad, Mnpiendo los lazos de Satanás. Esta fue la obra redentora de ¡intercesión y está completa. Por lo tanto, en el sentido legal s la redención de la humanidad, Cristo es el único intercesor. • ello es que las Escrituras dicen: "Porque hay un solo Dios, un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo >mbre" (1 Timoteo 2:5). El versículo podría leerse fácilmen- ; como, "un intercesor". í<. Esta revelación es clave. Significa que nuestras oraciones Fleje intercesión son siempre y únicamente una extensión de Su \$bra de intercesión. ¿Por qué es esto tan importante? Porque Dios no honrará :Wnguna intercesión excepto la de Cristo, y también porque este entendimiento hará que nuestras oraciones de intercesión Sean infinitamente más poderosas. Volvamos a nuestra conversación en la habitación del tro- loo. Estoy allí pidiendo al Padre que extienda su misericordia '>J traiga salvación a la gente del Tibet. El Padre podría íéontestar: "¿Cómo puedo hacer esto? Son pecadores. Adoran fc falsos dioses, con lo cual realmente están adorando a Sata- nás. Y además, no quieren que lo haga. Ellos nunca lo han 'pedido". Respondo: "Porque Jesús intercedió o medió por ellos, Padre. Estoy pidiendo basándome en lo que Él hizo. Y Él necesita un humano en la tierra para querida por Él porque El está ahora en el cielo. Así que, como El me enseñó, estoy pidiendo para que Tu Reino venga y Tu voluntad se haga en el Tibet. Estoy pidiendo para que algunos obreros sean envia- dos allí. Estoy pidiendo estas cosas por Cristo y a través de Cristo. Y estoy pidiéndote que lo hagas basándome entera- mente en la obra redentora que Él ya ha hecho". El Padre contesta: "¡Respuesta correcta! Oíste al hombre, Gabriel. ¿Qué estás esperando?"
Distribuidores de Dios
Cuando digo que nuestras oraciones de intercesión son una extensión de Su obra de intercesión, la diferencia está entre distribuir versus producir. No tenemos que producir nada —reconciliación, liberación, victoria, etcétera— sino más bien distribuimos, como los discípulos lo hicieron con los panes y los peces (ver Mateo 14:17-19). Nuestro llamado y junción no es reemplazar a Dios, sino liberarle. 5 Nos libra de la intimidación y nos da valor para saber que: • El Productor quiere simplemente distribuir a través de nosotros. • El Intercesor quiere interceder a través de nosotros. • El Mediador quiere mediar a través de nosotros. • El Representante quiere representar a través de noso- tros. • El Intermediario quiere mediar a través de nosotros. • El Victorioso quiere que Su victoria se cumpla 6 a través de nosotros. • El Ministro de reconciliación nos ha dado el ministerio de reconciliación (ver 2 Corintios 5:18,19). Ahora le representamos en Su ministerio de representación. Dios continúa encarnando Su propósito de redención en las vidas humanas. 
No liberamos a nadie, no reconciliamos a nadie con Dios, no vencemos al enemigo. La obra ya está hecha. La reconci- liación es completa. La liberación y la victoria son completas. La salvación es completa. ¡La intercesión es completa! ¡Se terminó! ¡Está hecha! ¿Upp! Qué alivio. Y sin embargo... s; Debemos pedir la liberación y aplicación de estas cosas. Así que, déjame ofrecerte la siguiente definición bíblica de una oración intercesora: La oración intercesora es una extensión del ministerio de Jesús a través de su Cuerpo, la Iglesia, por medio de la cual mediamos entre Dios y la humanidad con el propósito de reconciliar al mundo con Él, o entre Satanás y la humanidad con el propósito de hacer que se cumpla la x victoria del Calvario. Cristo necesita un humano en la tierra que le represente, al igual que el Padre lo necesitaba. El humano del Padre fue Jesús, y los humanos de Jesús somos nosotros, la Iglesia. Él , dijo: "...Como me envió el Padre, así también yo os envío" t (Juan 20:21). El concepto de ser enviado es importante y da cuerpo a las verdades de las que hemos estado hablando. Un representante es un "enviado". Los enviados tienen autoridad, siempre y cuando representen al que les envía. Las condiciones y la capacidad para llevarlas a cabo o de hacer que se cumplan es la responsabilidad del que envía, no del enviado. Por ejemplo, un embajador que represente a una nación ante otra es un enviado. No tiene autoridad propia, pero está autorizado para representar la autoridad de la nación que lo envía. Jesús fue un enviado. Por ello es que Él tenía autoridad. La recibió del Padre quien le envió. En cuarenta ocasiones, únicamente en el Evangelio de Juan, Él menciona lo impor- tante que es el hecho de haber sido enviado por el Padre. El resultado de este arreglo fue que, en esencia, Él no estaba haciendo las obras, sino el Padre que era quien le había enviado (ver Juan 14:10). Lo mismo ocurre con nosotros. Nuestra autoridad proviene del ser enviados, representando a Jesús. Mientras funcione- mos en esa capacidad, funcionaremos con la autoridad de
Cristo. Y, en esencia, no somos nosotros realmente los que hacemos las obras, sino El. Permítanme ilustrarlo. En 1977, mientras oraba por un próximo viaje a Guatemala, escuché las palabras: En este viaje, representa a Jesús ante la gente. Al principio reprendí a la voz, pensando que era un espíritu maligno intentando engañarme. Pero la voz vino a mí nueva- mente, esta vez añadiendo las palabras: Sé Su voz, sé Sus manos, sé Sus pies. Haz lo que sabes que Él haría si estuviese allí presente. Represéntalo. De pronto lo comprendí. No iba a ir representándome a mí mismo o al ministerio con el que trabajaba. De la misma manera que Jesús representó al Padre —hablando Sus pala- bras y haciendo Sus obras yo tenía que representar a Jesús. Y si realmente creía que estaba funcionando como embajador o como un enviado, entonces podría creer que no era mi auto- ridad o habilidad lo que estaba en cuestión sino la de Cristo —yo simplemente le estaba representando a Él y a lo que ya había hecho. El Jesús de Galilea se convirtió en el Jesús de Guatemala
Una vez en Guatemala viajé con un equipo a una aldea remota lejos de cualquier ciudad moderna. No había corriente eléc- trica, alcantarillado ni teléfonos. Nuestro propósito de estar allí era construir albergues para los aldeanos cuyas casas de adobe habían sido devastadas por el terremoto de 1976. Habían muerto más de 30.000 personas y dejó a 1.000.000 sin un lugar en donde vivir. Habíamos llevado el material en camiones y estábamos construyendo pequeñas casas de una habitación durante las horas en que había luz del día. Por las noches teníamos reuniones en el centro de la aldea, y les predicábamos el evangelio de Jesucristo, explicándoles que era Su amor el que nos motivaba a utilizar nuestro tiempo y gastar nuestro dinero y energía ayudándoles.
Re-presentando a Jesús - 51 
Habíamos estado ministrando durante una semana, pero í muy pocas personas habían venido a Cristo. Las personas •t escuchaban, pero no respondían. Iba a predicar la última noche de nuestra estancia. Confor- me estaba a punto de empezar el servicio, un miembro del equipo me dijo lo que él y otros habían encontrado al otro extremo de la aldea —una pequeña, de seis o siete años, atada a un árbol. No podían creer lo que estaban viendo y le preguntaron a la familia que vivía allí: —¿Por qué está atada a un árbol la ( niña? —Era obvio que vivía en ese lugar, estaba en el patio como si fuera un perro —sucia y sola. | —Está loca —respondieron sus padres—. No podemos ¿: controlarla. Se hace daño a sí misma y a los demás y huye si | la soltamos. No hay nada que podamos hacer por ella así que tenemos que atarla. Mi corazón se destrozó conforme el miembro del equipo ^compartía lo que había visto. Esto permaneció en mi mente conforme empezó el servicio. Después de unos minutos de haber empezado mi mensaje, estando de pie sobre una mesa '' plegable bajo las estrellas, la misma voz que me había habla- do antes del viaje me empezó a hablar otra vez. Diles que vas a orar por la niña loca que está atada al otro lado de la aldea. Diles que lo vas a hacer en el nombre de i Jesús, del cual has estado predicando, diles que a través de \ Él vas a romper los poderes malignos que la controlan —y \ que cuando esté liberada y normal, entonces se darán cuenta , de que lo que predicas es verdadero. Pueden creer que el , Jesús que predicas es quien tú dices que es. I Respondí a la voz de mi corazón con temor y temblor. Creo í que mis palabras decían algo parecido a: ¿¿QUÉ HAS DI- CHO?? i Las mismas instrucciones. Al ser la clase de hombre de fe que soy, respondí: ¿ Cuál es « el plan B? Rebelión y fracaso, fue la respuesta. ¿Recuerdas qué fue lo I que te dije antes de empezar el viaje? Representa a Jesús. 
La fe empezó a crecer. El énfasis no está en mí en esta situación —pensé para mis adentros—, sino en Aquel que me envió. Simplemente soy un vocal de Él. Yo meramente estoy liberando lo que Él ya ha hecho. Él ya ha terminado el trabajo de liberación de esa pequeña, y mis oraciones liberan ese trabajo. Sólo soy un distribuidor de lo que Él ya ha producido. Ten valor, enviado. ¡Haz que se cumpla la victo- ria! Con una nueva seguridad empecé a informarle a las perso- nas de lo que estaba pensando hacer. Asintieron con la cabeza conforme mencioné a la niña. Las expresiones de intriga se convirtieron en asombro mientras escuchaban mis planes. Entonces oré. Bajo la luz de la luna en una pequeña y remota aldea de Guatemala con un puñado de personas como audiencia, mi vida cambió para siempre. Jesús salió de Su refugio. Se mostró vivo: Relevante... Suficiente... ¡Disponible! Un Jesús que había estado "escon- dido" surgió de las telarañas de la teología. Un Jesús de ayer se convirtió en un Jesús de hoy y de siempre. El Jesús de Galilea se convirtió en el Jesús de Guatemala. Y se me mostró un nuevo plan. Surgió un nuevo concepto —Jesús y yo.
El patrón celestial
Por primera vez comprendí el patrón celestial: Jesús es la Victoria —nosotros somos los que hacemos que se cumpla; Jesús es el Redentor —nosotros somos los que la liberamos; Jesús es la Cabeza —nosotros somos el Cuerpo. Sí, liberó a la pequeña. Sí, la aldea se volvió a Cristo. Sí, Jesús prevaleció a través del enviado. Y la asociación continúa —Dios y los humanos. Pero el patrón correcto es algo clave: Mis oraciones de intercesión liberaron a la obra terminada de intercesión.
Su obra le da poder a mis oraciones —mis oraciones liberan ; Su obra. Las mías extienden las Suyas —las Suyas efectúan las mías. Las mías activan las Suyas —las Suyas validan las mías. En la empresa del Reino, nosotros no nos encontramos en el departamento de producción. Nosotros estamos en la dis- itribución... es una GRAN diferencia. Él es quien las genera. ¿Nosotros las distribuimos.
Los asombrados representan Su imponencia
Creo que esto nos hace colaboradores. ¿Tú qué piensas? Creo íque Cristo es asombroso y quiere que nosotros seamos fasombrados". Humildes asombrados que representan Su •imponencia, pero no obstante asombrados. ¡Somos más que vencedores! Cristo y Sus cristianos, cambiando las cosas en ¡la tierra. Existen muchos individuos heridos y lastimados "atados a i. árboles" alrededor del mundo. Tú trabajas entre algunos de ellos, otros viven al otro lado de la calle. Uno de ellos tal vez te acaba de servir en la caja de pago, tal vez te acompañó a tu asiento en un restaurante o te sirvió la comida. Sus cadenas . son el alcohol, las drogas, el abuso, sueños rotos, rechazo, dinero, deseo... ¿Entiendes lo que te quiero decir? El plan A es para personas sobrenaturales, pero comunes como tú y yo: (1) cree de todo corazón en la victoria del . Calvario —convéncete de que fue terminada y es algo com- i pleto y (2) levántate en tu papel de enviado, de embajador, de representante autorizado por el Victorioso. Nuestro trabajo no íes tanto de liberar como de creer en el Libertador; no es tanto i sanar como creer en el Sanador. El plan B es desperdiciar la Cruz; dejar a los atormentados en su tormento; y gritar con nuestro silencio: "¡No existe \, ninguna esperanza!"; escuchar al Padre decir nuevamente: "¡"Busqué, pero no encontré a nadie"; es escuchar al Hijo clamar una vez más: "¡Los obreros! ¿Dónde están los obre- ros?" ¡Vamos iglesia! Desatemos algunas personas. Digámosles que hay un Dios que se preocupa por ellos. ¡Representemos- mediemos-intercedamos! "¿Acaso nadie puede encontrar a los participantes del pre- sente?"

<<  Retroceder                 Continuar >>


viernes, 28 de marzo de 2014

45. LIBRO LA ORACIÓN INTERCESORA DE DUTCH SHEETS

<<  Retroceder                 Continuar >>

Capítulo cuatro
Conociéndose: El bueno, el malo y el feo
Un chico conoce a una chica
-; "Dutch Sheets, quiero que conozcas a Celia Merchant". El í mundo de pronto se detuvo y mi vida cambió para siempre. i El encuentro con la segunda persona más importante de mi vida estaba teniendo lugar —sólo la presentación de Jesús podía ser algo mejor. Era el año 1977 y era estudiante de la Escuela Bíblica. Acababa de disfrutar de un tiempo de oración a solas. Salí de mi cuarto de oración para encontrarme con dos individuos que llevaban una mesa plegable. Uno de ellos era un amigo mío, y la otra era la joven más hermosa que jamás había visto. Ah, no era la primera vez que la veía, pero sí era mi primer encuentro frente a frente. Con las piernas temblorosas y sin poder hablar, casi me tropezaba al asir la mesa por el lado de ella. Con una demostración galante de caballerosidad y musculatura, le
alivié su carga y casi tiraba al otro chico al mostrarle lo rápido que podía llevar la mesa. Luego me presentó a la que se convertiría en la costilla que me faltaba, ¡y sabía que la vida jamás sería vida si no me casaba con esta mujer! Le hablé mucho a Dios. Afortunada- mente, Él estuvo de acuerdo y ella también. ¡La vida es tan buena! Por supuesto que estoy contento de haber pasado ese tiem- po en oración. ¡No me hubiera gustado perderme ese encuen- tro!
El niño se encuentra con una pelota de béisbol
Tuve otro encuentro memorable cuando estaba en el sexto año de primaria. Esta vez no fue tan agradable. Sin embargo, también permanecería conmigo durante toda mi vida. Una pelota de béisbol se encontró con mis dientes frontales. La pelota de béisbol ganó —generalmente es lo que sucede. Tengo dos bonitas fundas en mis dientes frontales como resultado de ese encuentro. Pensé mencionar que intentaba enseñarle a otro niño cómo atrapar la pelota cuando esto sucedió, pero eso sería demasia- do bochornoso. No diré que le demostré lo que no se debía hacer cuando ocurrió el accidente. Pero sí puedo decir que cuando le enseñes a tus hijos los puntos buenos del béisbol, les enseñes lo que hay que hacer —y no lo que no se debe hacer. Hacer las cosas al revés lo coloca a uno en encuentros desagradables y con una sonrisa postiza.
Dios conoce a su compañero, Satanás conoce a su rival
Una figura cuelga de una cruz entre el cielo y la tierra. Dos encuentros están a punto de llevarse a cabo —uno es bueno y agradable, el otro feo y violento. Un Hombre está a punto de conocer a su desposada y la serpiente está a punto de contrarse con una pelota haciendo una curva para chocar ntra los dientes.
Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y * se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. < Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de ' Cristo y de la iglesia. 
Efesios 5:31,32
tp Levántate, Jehová; sálvame, Dios mío; porque tú I heriste a todos mis enemigos en la mejilla; 
| Los dientes de los perversos quebrantaste.
Salmo 3:7 Tanta belleza, tanta fealdad... unión, desunión... unidad, mpimiento... ** De hecho, muchos otros encuentros podrían ser menciona- s y que tuvieron lugar a través de la Cruz. • La misericordia se encontró con el juicio. • La justicia se encontró con el pecado. • La luz se encontró con la oscuridad. • La humildad se encontró con el orgullo. • El amor se encontró con el odio. • La vida se encontró con la muerte. • El maldito del madero se encontró con la maldición que se había originado del madero. • El aguijón de la muerte se encontró con el antídoto de la resurrección. ¡Todos los buenos ganaron!

Sólo Dios podría haber planeado tal acontecimiento —y esto sin mencionar el resultado perfecto. Sólo Él podía unir tales extremos en un acontecimiento. ¿Quién sino Él podía derramar sangre para crear vida, utilizar el dolor para traer sanidad, permitir injusticia para satisfacer a la justicia, y aceptar el rechazo para restaurar la aceptación? ¿Quién podría haber utilizado ese acto tan malvado para lograr tanto bien? ¿Quién podría haber transformado un acto de amor sor- prendente en tanta violencia y viceversa? Únicamente Dios. Tantas paradojas, tantas ironías. ¿No encuentras fascinante que la serpiente que logró su mayor victoria en un árbol (el del conocimiento del bien y del mal) sufriera su mayor derrota en otro madero (la Cruz del Calvario)? ¿No encuentras irónico que el primer Adán sucumbiera a la tentación del jardín (Edén) y que el postrer Adán venciera su mayor tentación en otro jardín (Getsemaní)? ¡Dios puede hacer un libreto cuando quiera! Tal vez ya te hayas imaginado que escondida en algún lugar de estas tres historias —mi esposa, la pelota de béisbol y la Cruz— se encuentran ilustraciones de la intercesión. De hecho, he utilizado una de las definiciones de la palabra hebrea que se utiliza para intercesión, paga, la he utilizado 23 veces hasta ahora. Y la continuaré utilizando más de 30 veces cuando se termine este capítulo. ¿Qué te parece la redundan- cia?
La intercesión crea un encuentro
La palabra hebrea para intercesión, paga, significa "encuen- tro" 1. Como ya lo hemos visto estudiando la palabra en español, la intercesión no es primeramente la oración que hace una persona, sino lo que una persona hace y que se puede» realizar a través de la oración. Esto también es cierto en el idioma hebreo. Aunque en nuestra mente la palabra intercesión ha significado oración, la palabra hebrea no significa necesaria-

1 mente que sea una oración. Tiene muchos significados, ¡todos los cuales se pueden llevar a cabo a través de la ¡oración. En lo que resta del libro, veremos varios de estos significa- dos, y luego los colocaremos en el contexto de la oración. •Conforme lo hacemos, aumentará nuestra comprensión de lo que Cristo hizo por nosotros a través de Su intercesión y lo que conlleva nuestra representación de la misma a través de la oración. Como lo implican las historias preliminares, el primer uso de la palabra paga que exploraremos es "encuen- ítro". La intercesión crea un encuentro. Los intercesores se en- i cuentran con Dios; también se encuentran con los poderes de las tinieblas. ¡Las "Reuniones o encuentros de oración" son ; llamados así de manera correcta!
Un encuentro de reconciliación
V Similarmente al de Cristo, a menudo nuestros encuentros con ] Dios son para afectar otros encuentros —una reconciliación. Nos encontramos con Él pidiéndole que se encuentre con otra persona. Nos convertimos en los intermediarios: "Padre ce- \ Iestial, hoy vengo a ti (un encuentro) pidiéndote que toques a : Tomás (otro encuentro)". Al otro lado del espectro, de la manera en que Cristo lo hizo a través de la batalla espiritual, nuestro encuentro con el enemigo es para deshacer otro encuentro —romper, separar, desunir. Todas nuestras interce- , siones en oración involucrarán una o ambas facetas: reconci- liación o rompimiento; unión o desunión. Primero, veremos un par de Escrituras que describen lo que Cristo hizo cuando se encontró con el Padre para crear un encuentro entre Dios y la humanidad. Luego veremos el aspecto de la batalla. El Salmo 85:10 declara: "La misericor- dia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron". { Examinemos de una forma más completa esta hermosa des- cripción de la Cruz.

La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron. Y al hacerlo, ¡lo mismo hicieron Dios y la humanidad! 
Dios tenía un dilema que se ve a través de las cuatro palabras de este versículo. El no es únicamente un Dios de misericordia (la cual representa Su bondad, amor y perdón), sino que también es un Dios de verdad (la cual representa Su integridad y justicia). Él no representa meramente la paz (seguridad, sanidad y descanso), sino también justicia (santi- dad y pureza) sin la cual no puede existir la paz. El dilema es el siguiente: un Dios santo, justo y verdadero no puede perdonar simplemente, otorgar misericordia o dar paz a una humanidad caída sin tener que comprometer Su carácter. El pecado no puede tener excusa. Tiene que ser juzgado y junto con él el pecador. Así que, ¿cómo puede este Dios santo, que sin embargo es amor, unir a estas dos cosas? ¡POR LA CRUZ! En la cruz la misericordia y la verdad se encontraron. La justicia y la paz se besaron. Y al hacerlo ¡lo mismo hicieron Dios y la humanidad! ¡Nosotros besamos al Padre a través del Hijo! ¡Nos encontramos con El a través de la sangre de Cristo! Jesús se puso a nuestro lado y fue presentado a Su novia. En un insondable y soberano acto de sabiduría, Dios satis- fizo tanto Su amor como Su justicia. Estableció la justicia al igual que la paz. "¿Quién como tú, oh Señor? ¿Quién puede describir Tu gran misericordia, Tu asombroso poder y Tu infinita sabiduría?". Cuando esto sucedió, el ministerio de reconciliación de Cristo estaba siendo terminado: "...Quien nos reconcilió con- sigo mismo por Cristo... Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo" (2 Corintios 5:18,19). Como ahora representamos a Cristo en Su intercesión, apliquemos estos versículos a nosotros mismos. El versículo 8 dice que Él "nos dio el ministerio de la reconciliación". En ras palabras, a través de nuestra intercesión por medio de la Hwación, liberamos el fruto de lo que El hizo a través de Su acto de intercesión. Traemos a individuos delante de Dios por lio de la oración pidiéndole al Padre que se encuentre con los. A nosotros también se nos ha dado el ministerio de la conciliación. Ya sea por una persona o por una nación, sin iportar cuál sea la razón, cuando somos utilizados para crear encuentro entre Dios y los humanos, liberando el fruto de |a obra de Cristo, el paga se ha efectuado. Esto se puede dar conforme realizas una caminata de ora- ción a través de tu barrio y le pides a Dios que se encuentre Mi las familias y las salve. Podría ser un viaje de oración a otra nación. Nuestra iglesia enviado a equipos de intercesores a algunos de los países n más tinieblas de la tierra con el único propósito de que n —creando encuentros entre Dios y la humanidad— jnexiones divinas a través de conductores humanos.
Encontrando esa sanidad ¡fíe sido testigo de milagros de sanidad conforme Dios se 'encontraba con personas. En 1980 me encontraba en otro de lilis muchos viajes a Guatemala. En una ocasión mi esposa, fitra pareja y yo estábamos ministrando a una anciana que iitabía sido salva recientemente. Habíamos ido a su casa para Compartir con ella algunas enseñanzas. Aproximadamente seis meses antes, esta anciana había éaído de un banquillo y se había roto un tobillo. Como ocurre a menudo con los ancianos, la fractura no sanaba correcta- mente. Su tobillo seguía demasiado inflamado y tenía mucho f&olor. Mientras la visitábamos, el otro hombre y yo sentimos i que Dios quería sanar su tobillo —en ese momento. Después de compartirlo con ella y obteniendo su consenti- miento, le dijimos que levantara su pierna sobre un banco. Y yo empecé a orar, o algo parecido.

¿Alguna vez Dios te ha interrumpido? A mí me interrumpió en esta ocasión. (Oh, ¡qué siempre sea así de "irrespetuoso"!) Cuando me coloqué de intermediario entre ella y Dios para llevar a cabo un encuentro, la presencia de Dios vino de una manera tan poderosa a la habitación que me detuve a la mitad de la frase. Había dado un paso hacía ella y había pronunciado una palabra: "Padre". ¡Eso era todo lo que El necesitaba! Fue como si hubiese estado tan deseoso de tocar a esta mujer que no pudo esperar más. Me doy cuenta de que lo que estoy a punto de decir puede sonar demasiado dramático, pero es exactamente lo que sucedió. La presencia del Espíritu Santo llenó la habitación con tanta fuerza que me quedé como una piedra. Dejé de hablar y empecé a llorar. Mi esposa y la otra pareja también empezaron a llorar. La mujer a la que ministrábamos comenzó a llorar. Su pie empezó a brincar sobre el banco, agitándose sin control durante varios minutos conforme ella tenía un poderoso en- cuentro con el Espíritu Santo —¡un encuentrol El Señor la sanó y la llenó con su Espíritu Santo. Durante la misma visita a Guatemala, a mi esposa y a mí, junto con la pareja que mencioné anteriormente, se nos pidió que orásemos por una mujer que estaba hospitalizada con tuberculosis. La encontramos en una habitación junto con otras 40 mujeres, las camas estaban separadas unos 90 centí- metros las unas de las otras. Simplemente era un área del hospital en la que los doctores y enfermeras podían atender a la gente muy pobre. Ni siquiera había biombos que separaran a las mujeres. Y sí, la mujer estaba tosiendo con tuberculosis sobre todos aquellos que la rodeaban. Conforme hablamos y oramos con ella, notamos que la mujer de la cama de al lado nos observaba con atención. Al terminar nos preguntó si estábamos dispuestos a orar por ella. Por supuesto que lo estábamos, así que le preguntamos cuáles eran sus necesidades. Sacó sus dos brazos de debajo de las sábanas y nos mostró las dos manos, retorcidas hacia su cuerpo, como si estuviesen congeladas en esa posición. Le eran completamente inservibles. Sus pies se encontraban de la misma manera. Mientras estaba en el hospital para una operación de la espalda, el doctor accidentalmente había cortado un nervio de su columna vertebral, dejándola en estas condiciones. No había nada que pudieran hacer para corregir este problema. La compasión llenó nuestros corazones conforme le pedía- mos a Dios que supliera su necesidad. Nada notorio sucedió, pero la animamos a que confiara en el Señor y nos dirigimos al otro lado de la sala para ver si podíamos compartir de Jesús con alguien más. No estaba presente ningún empleado del hospital, así que teníamos una libertad relativa para hacer lo que quisiéramos. Conforme empezamos a visitar a otra mujer al otro lado de la habitación, escuchamos una repentina conmoción y a al- guien gritando: —¡Milagro! ¡Milagro! ¡Milagro! —Nos vol- vimos y vimos a la mujer moviendo sus manos, abriéndolas y cerrándolas, moviendo sus dedos, pateando con sus pies debajo de las sábanas y gritando la palabra milagro. ¡Un encuentro se había llevado a cabo! No sé quién fue el más sorprendido —la mujer que fue sanada, las otras mujeres de la habitación o yo. Esperaba un milagro pero no creí que sucedería. Recuerdo que pensé: Esta clase de cosas sólo sucedían en los tiempos bíblicos. Lo próximo que supimos fue que todas las mujeres de la habitación nos rogaban que les ministrásemos. Fuimos de cama en cama —como si supiéramos lo que estábamos ha- | ciendo— llevando a las mujeres a Cristo y orando por su recuperación. Recuerdo que pensaba: Esto es una locura. ¿Es i real o estoy soñando? ¿Estamos teniendo un avivamiento en ' una habitación del hospital! Varias mujeres fueron salvas, la ', mujer con tuberculosis también fue sanada y otra mujer que ya tenía hora para una operación de reconocimiento para la siguiente mañana fue enviada a casa ya sanada. En general, ¡tuvimos un tiempo grandioso! Incluso cantamos un par de ¡canciones. Probablemente no debimos hacerlo porque nos escuchó una empleada del hospital, entró en la habitación y 
nos pidió que nos marchásemos. Ella se marchó, pero noso- tros nos quedamos. Muchas mujeres nos rogaban que oráse- mos por ellas. Unos minutos después regresó y "amablemen- te" nos acompañó a la salida del hospital. ¿Quién puede convertir una triste habitación de hospital llena de enfermedades y sin esperanza en un servicio de iglesia? ¡Dios! ¡Dios encontrándose con las personas! ¡Y los encuentros de oración crean encuentros con Dios! No quiero engañarte y que pienses que los milagros siem- pre suceden con tanta facilidad como ocurrieron en estas dos ocasiones. Sin embargo, podemos traer a un individuo en contacto con Dios y ese es el significado de la palabra inter- cesión A menudo se requiere mucha intercesión; pero ya sea que tome días o minutos, el esfuerzo siempre vale la pena. Lo importante es que lo hagamos.
Los encuentros de la osa
Progresemos en nuestro pensamiento y pasemos al aspecto de los encuentros de intercesión —haciendo que se cumpla la victoria del Calvario. A esto yo lo llamo "la unción de la osa" debido a Proverbios 17:12: "Mejor es encontrarse con una osa a la cual han robado sus cachorros, que con un fatuo en su necedad". Jamás me he encontrado con una osa en el campo con o sin sus cachorros, y espero que jamás me la encuentre. Pero un hombre anciano y sabio de los bosques que al entrenarme en el arte de la supervivencia ante el encuentro con osos me compartió lo siguiente: —¡Hijo, si te es posible intenta evi- tarlos ! Pero si te es imposible y te encuentras con una hembra, jamás te interpongas entre la madre y los cachorros. Porque si lo haces entonces habrá un encuentro, ¡y te va a tocar estar del lado que recibe los golpes! Ahora, antes de que me linchen por aniquilar el contexto de' las Escrituras, permítanme decir que no estoy insinuando que este versículo hable sobre la oración. Sin embargo, lo que sí estoy diciendo es que la palabra "encontrarse" es nuestra misma palabra hebrea "paga", que se traduce intercesión. Se , podrían haber utilizado otras palabras hebreas, pero en parte se . eligió ésta porque a menudo tiene una connotación muy violenta. ,f)e hecho, paga frecuentemente es un término de un campo de featalla (por ejemplo ver: Jueces 8:21; 15:12; 1 Samuel 82:17,18; 2 Samuel 1:15; 1 Reyes 2:25-46). «• ¡La intercesión puede ser violenta! ¡El encuentro puede ser desagradable! ¡Algunos pueden ser sltonibles! Tal y como el encuentro que Satanás tuvo con Jesús en el Calvario cuando Cristo intercedió por nosotros. Satanás se había interpuesto entre Dios y Sus "cachorros". ¡Jamás debe- tía de haberlo hecho! La peor pesadilla de Satanás se hizo Realidad cuando con 4.000 años de ira almacenada, Jesús le 0o el encuentro en el Calvario. La tierra se estremeció, y lo Higo literalmente, con la fuerza de la batalla (ver Mateo 1:5\). El mismo sol se oscureció conforme se übraba la l^atalla (ver v. 45). En el momento que Satanás pensó que era ktt mayor victoria, él y sus fuerzas escucharon el sonido más .horrible que alguna vez hayan escuchado, ¡la risa de la burla lie Dios! (Ver Salmo 2:4). *' La risa fue seguida por la voz del Hijo del Hombre claman- do con una gran voz: "Tételestai". Esta palabra griega se fraduce como "Consumado es" en Juan 19:30. Por favor no |«ensen que Jesús estaba hablando de la muerte cuando dijo sa palabra. ¡De ninguna manera! Tetelestai significa terminar 'go completamente o traerlo a un estado de cumplimiento 2, :mo lo implicaría la palabra terminado, pero también era la labra con la que se sellaban las facturas en aquella época y 'gnificaba: "Completamente pagado". 3 Jesús estaba gritan- Jo: "¡La deuda ha sido pagada en su totalidad!" ¡Aleluya! (Cristo estaba citando el Salmo 22:31 cuando eligió esta laración. Tres de Sus siete palabras en la Cruz vienen de te Salmo. La palabra hebrea que Él citó de este versículo es ah. Es probable que haya estado hablando en hebreo, 'zando la misma palabra. Aun cuando Juan la escribió en ego. La palabra significa, entre otras cosas, "crear". 4 Se utiliza en Génesis, por ejemplo, cuando Dios creó la tierra. Creo que Cristo no sólo estaba diciendo: "La deuda ha sido pagada completamente", sino también: "¡Venid adelante, nueva creación!" No hay duda del porqué tembló la tierra, el sol reapareció, el centurión se aterrorizó (ver Mateo 27:54) y los santos del Antiguo Testamento resucitaron (ver Mateo 27:52,53). No me digas que Dios no tiene cierto gusto por lo dramático. La Cruz define al drama. Y claro, detrás del escenario estaba la violencia. Los cauti- vos estaban siendo rescatados (ver 1 Pedro 3:19; 4:6; Isaías 61:1), se estaban haciendo heridas (ver Génesis 3:15; Isaías 53:5; 1 Pedro 2:24), se estaba llevando a cabo el intercambio de llaves, y la autoridad se estaba transfiriendo (ver Mateo 28:18). Se utiüza una palabra interesante en 1 Juan 3:8 que añade comprensión a lo que sucedió en la Cruz. El versículo dice: "...Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo". Deshacer es la palabra griega luo, la cual tiene un significado tanto legal como físico. Comprender toda su definición ampliará grandemente nuestro conocimiento de lo que Jesús hizo con Satanás y sus obras. El significado legal de luo es (1) pronunciar o determinar que algo o alguien ya no está atado; (2) disolver o anular un contrato o cualquier cosa que ata legalmente. 5 Jesús vino para disolver la atadura legal que Satanás tenía sobre nosotros^ para pronunciar que ya no estamos atados a sus obras. Él "anuló el contrato", acabando con el dominio que tenía sobre nosotros. El significado físico de luo es disolver o derretir, romper, golpear algo para convertirlo en piezas o desatar algo que está atado. 6 En Hechos 27:41, el barco en el que viajó Pablo fue roto en pedazos y (luo) por la fuerza de la tormenta. En 2 Pedro 3:10,12 se nos dice que un día los elementos de la tierra serán derretidos o disueltos (luo) por un gran calor. Jesús no sólo nos liberó legalmente, sino que se aseguró de que las conse- cuencias literales de dicha liberación fueran manifestadas: Él trajo sanidad, liberó a los cautivos, levantó la opresión y liberó a aquellos que estaban bajo el control demoníaco.

Haciendo que se cumpla la victoria Nuestra responsabilidad es hacer que se cumpla la victoria * conforme nosotros nos encontramos con las potestades de las tinieblas. Es interesante saber que Jesús utilizó la misma * palabra, luo, para descubrir lo que nosotros, la iglesia, tene- mos que hacer en la batalla espiritual. Mateo 16:19 nos dice: j "Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos". La palabra desatar en este versículo es luo. Ahora, la interrogante es: "¿Cristo luo las obras del diablo . o somos nosotros los que luo tales obras?" La respuesta es sí. * Aunque Jesús terminó por completo el trabajo de romper con la autoridad de Satanás y anuló sus ataduras legales sobre la i raza humana, alguien en la tierra debe representarle en esa victoria y hacer que se cumpla. Con esto en mente y recordando que la palabra hebrea para intercesión, paga, significa encuentro, digámoslo de la si- . guíente manera:
\ • Nosotros, a través de las oraciones de intercesión, nos encontramos con las potestades de las tinieblas, haciendo que se cumpla la victoria que Cristo terminó cuando se encontró con ellas en su obra intercesora.
\ Esto fue exactamente lo que sucedió en Guatemala cuando * oíamos por la pequeña que estaba atada al árbol, la cual se *", mencionó en el capítulo anterior. Nos encontramos con las •' potestades de las tinieblas e hicimos que se cumpliese la 1 victoria de la Cruz. Hace varios años en Guatemala, un amigo me señaló una ; mujer joven vibrante y saludable y me contó la siguiente - historia. Cuando la había visto por primera vez, unos meses antes, estaba paralizada del cuello hacia abajo. Podía mover t ligeramente la cabeza, pero no podía hablar. "La chica ha estado así durante dos años", fue la información que el pastor 1 le dio a mi amigo. "Y lo incomprensible es que los médicos

no pueden encontrar nada mal físicamente que esté dando lugar a tal problema". Mi amigo, que visitaba la iglesia como predicador visitante, discernió que la causa era demoníaca. Al no saber cuál era la posición de la iglesia sobre este tema, discretamente se acercó a la joven atada a la silla de ruedas, se arrodilló a su lado y le susurró al oído. Conforme lo hacía se estaba interponiendo (intercediendo) entre ella y las potestades de las tinieblas, les estaba dando el encuentro con el poder de Cristo. Oró: "Sata- nás, rompo (luo) tu atadura sobre esta joven en el nombre de Jesús. Te mando que sueltes (luo) tu atadura y que la dejes libre". (Las palabras entre paréntesis son del autor). No ocurrió ninguna manifestación ni ningún cambio inme- diato. Sin embargo, una semana después podía mover un poco sus brazos. A la siguiente semana movía sus brazos normal- mente y un poco sus piernas. La recuperación continuó du- rante un mes hasta que quedó bien y completamente libre. Luego ella le contó a mi amigo los siguientes detalles sobre la causa de su condición y el porqué los doctores no podían encontrar una explicación razonable. —Un profesor de mi escuela que también era un médico-brujo intentó tener rela- ciones sexuales conmigo, a lo cual yo me opuse. Se enojó y me dijo que si no tenía relaciones sexuales con él, pondría una maldición sobre mí. Ella no sabía nada sobre estas cosas y no le dio mucha importancia. Sin embargo, poco tiempo después vino sobre ella esta condición de parálisis. Su incapacidad para hablar evitó que le comunicara a otra persona lo que había sucedido. ¿Qué sucedió para que se libertara a esta chica? Un indivi- duo se interpuso entre la joven y las potestades de las tinie- blas, encontrándose con ellas en el nombre de Jesús, haciendo que se cumpliera Su victoria. ¡Eso... es intercesión! Un encuentro puede ser una experiencia buena y agradable o puede ser una confrontación violenta entre las fuerzas, opuestas. El intercesor se va a encontrar con Dios con el propósito de:
• Reconciliar al mundo para con el Padre y con Sus maravillosas bendiciones. • O se va a encontrar con las fuerzas satánicas de la oposición para hacer que se cumpla la victoria del Calvario. El propósito puede variar, pero hay una cosa que es segura: Las oraciones de un intercesor comprensivo CREARA un encuentro. Y cuando el encuentro esté por terminar, algo habrá cambiado. 1 No seas intimidado por el tamaño del gigante. Jesús te ha dado las cualidades para que le representes. Y que no te intimiden los fracasos pasados. Sé como el niño pequeño que juega en el patio trasero con su bate y su pelota:
"Soy el jugador de béisbol más grande del mundo" —dijo con orgullo. Luego tiró la pelota al aire, intentó golpearla, pero falló. Con valentía, recogió la pelota, la tiró al aire y se dijo a sí mismo: "¡ Soy el jugador de béisbol más grande de todos los tiempos! Volvió a intentar golpear la pelota, y volvió a fallar. Hizo una pausa por un momento para examinar la pelota y el bate cuidadosamente. Luego volvió a echar la pelota al aire y dijo: "Soy el jugador de béisbol más grande que haya existido". Volvió a querer pegarle a la pelota con todas sus fuerzas y volvió a fallar. "¡Vaya! —exclamó. ¡Qué lanzador!".7
• Niégale el acceso a la incredulidad. ¡Puedes hacerlo! ¡Tengamos un encuentro de oración!

<<  Retroceder                 Continuar >>


44. LIBRO LA ORACIÓN INTERCESORA DE DUTCH SHEETS


<<  Retroceder                 Continuar >>

Capítulo tres
Re-presentando a Jesús
Buscando respuestas
Cuando no sabes qué es lo que buscas, es probable que jamás lo encuentres. Cuando no sabes lo que haces, es probable que no lo hagas bien. Recuerdo que un día estaba sentado en la clase de inglés durante la preparatoria. Jamás había sido bueno en inglés —estaba demasiado ocupado haciendo cosas importantes, tales como jugar al fútbol americano y realizar competencias de pista. Era un viernes por la tarde y teníamos un gran juego esa noche. Es probable que se imaginen en donde se encon- traba mi mente. Después de colocar el balón en la zona de anotación, escuchaba el clamor ensordecedor de la multitud, mi mente volvió gradualmente a mi clase de inglés. La profesora estaba diciendo algo sobre el "pretérito perfecto". Bueno, no tenía ni idea de lo que era un pretérito, pero no me sonaba a nada bueno. Y sabía que por el hecho de estar en "perfecto" significaba que era una situación del momento o algo que estaba presente en el salón.
—Dutch —me dijo la profesora, probablemente se había dado cuenta de que estaba en otro lugar—: ¿Podrías encon- trarnos el pretérito perfecto? No sabía si debía buscarlo en el suelo, en el techo o fuera de la ventana. Intentando mostrarme inocente, inteligente y tan interesado como fuera posible, busqué alrededor del salón durante unos segundos antes de responder: —No, señorita, no veo ese perfecto por ningún lado. Pero no se preocupe, estoy seguro de que aparecerá por alguna parte. Jamás me imaginé lo que era ese pretérito perfecto, pero no debió ser algo tan malo o tan serio como yo pensaba porque, cuando di mi respuesta, todo el mundo se rió. Me sentí aliviado, después de añadir un poco de paz a la profesora que se encontraba obviamente turbada, y por poder salir de una situación potencialmente embarazosa. En fin ¿qué es la intercesión? No, eso no lo es. Sé que han hecho oraciones o cosas similares. Pero técni- camente hablando, la intercesión no es una oración. La ora- ción intercesora es la oración. La intercesión es algo que una persona hace y que puede hacerla en la oración. Eso es tan confuso como el pretérito perfecto, ¿no creen? Piensa de la siguiente manera: Estar de acuerdo no es oración, pero existe la oración para decir que estamos de acuerdo. La fe no es oración, pero existe la oración de fe. De la misma forma que una persona no puede orar intencional- mente una oración de acuerdo hasta que comprenda el signi- ficado del acuerdo, una persona no será muy eficaz en la oración intercesora hasta que comprenda el concepto de la intercesión. ¿Me comprenden? Antes de definir la intercesión —para que podamos definir la oración intercesora— no lo vamos a hacer únicamente de una forma literal, veámoslo también en el contexto de (1) el plan de Dios para la humanidad en el momento de la Crea- ción, (2) la interrupción del mismo plan debido a la Caída y (3) la solución de Dios. En otras palabras, vamos a ver el

¿concepto de la intercesión en estas situaciones y permitiremos que nos ayuden para su definición. Esto hará tres cosas: {„ 1. Te ayudará a comprender el concepto de intercesión para que puedas comprender la oración intercesora. \ 2. Te ayudará para que veas el papel de Cristo como el Intercesor. (Nuestra oración de intercesión siempre y únicamente será una extensión de Su obra intercesora. Esto es algo crucial y se volverá más claro conforme progresemos). « ; 3. Con esa clase de conocimiento, ¡te volverás la persona más espiritual de tu grupo de oración! r ' H I' * Definiendo la intercesión í i , Veamos primeramente el concepto literal de intercesión; lue- > go pensaremos en él en el contexto de la Caída. • Según Webster, interceder significa "ir o pasar entre; actuar i entre partidos con la visión de reconciliar a aquellos que \ difieren o contienden, interponerse; mediar o interceder; me- ; diación". 1 !• Utilizando la misma fuente; mediar significa "entre dos »' extremos"; interponerse entre partidos, al igual que un amigo v de ambos; negociar entre diferentes personas con la intención de reconciliar: mediar paz; intercesión". 2 Por favor fíjense que estos términos son mayormente sinó- nimos con algunas palabras repetidas que se utilizan para definir a cada una de ellas —entre interponer y reconciliar. , También fíjate que una se utiliza para definir a la otra: mediación define intercesión e intercesión define mediación. Como se puede ver claramente por medio de estas defini- ' ciones, el concepto de intercesión se puede resumir como mediar, estar en medio, rogar por otro, representar a una parte ante otra para, pero no limitado a, situaciones legales. La intercesión ocurre diariamente en nuestros tribunales con los abogados que interceden por sus clientes.

La intercesión ocurre en los contratos diariamente con abogados que representan a una parte ante otra. La intercesión ocurre en las reuniones de oficina y de negocios diariamente conforme las secretarias u otros traba- jadores "están de por medio", representando a un lado y al otro. No hay nada espiritual en todo esto. Involucra delegar. Involucra autoridad. Se resume en la representación. Como lo discutimos en el capítulo anterior, representar significa re-presentar, o volver a presentar. Hace muchos años mi padre contrató a un intercesor (lo llamamos abogado) para que lo representara en la corte. Papá había sido detenido por unos policías, golpeado y encerrado en la cárcel —todo esto mientras mi madre y mi hermana de tres años lo observaban. ¡Los policías lo habían confundido! Papá se dirigía a casa después de una reunión en la iglesia en la que había predicado esa noche, lo cual añadió ironía e injusticia a toda esta situación. Nuestro abogado se colocó entre papá, el juez, el otro abogado y la policía. Escuchó el caso, reunió las pruebas, se enteró de lo que quería papá y luego le re-presentó ante los jueces. Fue un buen mediador. Ganamos. No todas las intercesiones tienen que ver con un abogado. Esto es únicamente un ejemplo. Cualquier trabajo de repre- sentación o mediación es una intercesión. Ahora, pensemos en este concepto a la luz de la Creación y la Caída. Adán se suponía que representaba a Dios en el planeta Tierra —dirigiéndolo, gobernándolo para Él. Dios le dijo a Adán lo que quería y Adán le representó ante el resto de la tierra. Adán era un mediador de Dios. Literalmente, Adán era el intercesor de Dios o el mediador en la tierra.
Cristo, el Intercesor final Adán, por supuesto, fracasó y Dios tuvo que enviar a otro humano llamado el "postrer Adán" para hacer lo que el primer

Adán supuestamente tenía que haber hecho, y arreglar el ^ desastre del primer Adán. Así que Cristo vino a re-presentar • a Dios en la tierra. Se convirtió en el intercesor o mediador, ' se puso en medio y re-presentó a Dios ante la humanidad. Según Juan 1:18, Jesús nos mostró a Dios: "A Dios nadie te vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, . él le ha dado a conocer". La palabra griega traducida "cono- cer" de hecho es exegeomaP de la cual obtenemos la palabra ^exégeta". ?" Probablemente has oído del niño pequeño quien "estaba ^haciendo un dibujo y le dijo su profesora: —Es un dibujo ./Interesante. Explícamelo. ; —Es un dibujo de Dios. —Pero nadie sabe como es Dios. i' —Lo sabrán cuando haya terminado —dijo el joven artis- %. 4 ¡Jesús vino y nos hizo un dibujo de Dios! Ahora sabemos como es. Pero esa no es la única dirección de Su intercesión. Existe una gran minoría en el hecho de que el Hombre que debía ser el intercesor, mediador o representante de Dios en la tierra ahora necesitaba que alguien mediara por él. Aquel que fue creado para representar a Dios en la tierra ahora necesitaba a *' alguien que le representase ante Dios. Cristo, por supuesto, se convirtió en el representante, intercesor o mediador, no sólo representó a Dios ante el hombre, sino que también representó al hombre ante Dios. ¡Este Dios-hombre fue el abogado de ambas partes! El es el último y el único intermediario. Él es "...apóstol [Dios a la raza humana] y sumo sacerdote [la raza humana a Dios] de nuestra profesión..." (Hebreos 3:1). El es el gran intermediario de Job, pendiendo entre el cielo y la tierra, colocando una mano en Dios y la otra sobre los humanos (ver Job 9:32,33). ¿Estás comprendiendo la ilustración? La intercesión de Cristo, apegándonos a su significado literal, no fue una ora- ción la que hizo, sino que El hizo una obra de mediación.

Jesús no está orando por nosotros; está intercediendo para que podamos orar. Esto es lo que significa pedir "en Su nombre". 
Y espero que estés listo para esto: No creo que la interce- sión que se le atribuye ahora mismo en el cielo por nosotros sea una oración. Estoy seguro de que se refiere a Su obra de mediación (ver 1 Timoteo 2:5), a que es nuestro Abogado delante del Padre (ver 1 Juan 2:1). Ahora está trabajando como nuestro representante garantizando nuestro acceso al Padre y nuestros beneficios de la redención. De hecho, Él nos dice en Juan 16:26 que no está pidiendo al Padre por nosotros: "En aquel día pediréis en mi nombre; y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros". Entonces, ¿qué es lo que hace conforme intercede por nosotros? Está mediando o de intermediario, no para librarnos de los cargos en contra nuestra como lo hizo para redimirnos de nuestros pecados, sino para presentar a cada uno de nosotros como justo y como Su pertenencia. Cuando me acerco al trono, Él siempre está allí diciendo algo como: "Padre, Dutch está aquí para hablar contigo. No viene por sus propios méritos o justicia, él está aquí basándose en Mí. Está aquí en Mi nombre. Estoy seguro de que recuerdas que he sido el intermediario entre Tú y Dutch y le diste acceso a Ti. Tiene que preguntarte algunas cosas". Puedes oír al Padre decir como respuesta: Por supuesto que lo recuerdo, Hijo. Tú le hiciste uno de nosotros. Porque vino a través de Ti, Dutch es siempre bienvenido. Entonces me mira y dice: Ven con valor ante mi trono de gracia, Hijo, y hazme tus peticiones. Jesús no está orando por nosotros; Él está intercediendo por nosotros para que podamos orar. Esto es lo que quiso decir con "en Su nombre".

Miremos un aspecto más de la intercesión de Cristo en el itexto de la Caída. Básicamente, la humanidad necesitaba ; cosas después de la Caída: Necesitaban a alguien que se iterpusiera" entre ellos mismos y Dios para reconciliarse a 'mismos para con Dios; también necesitaban a alguien que "interpusiera" entre ellos y Satanás para separarse de él. Jno estaba uniendo, el otro estaba desuniendo. Uno restable- ié la cabeza, el otro rompió la cabeza. Eran dos formas de Itercesión. \\ Necesitábamos ambas. Jesús hizo las dos. Como interce- -mediador, Él intercedió entre Dios y la humanidad, recon- íándonos con el Padre; y entre Satanás y la humanidad, Mnpiendo los lazos de Satanás. Esta fue la obra redentora de ¡intercesión y está completa. Por lo tanto, en el sentido legal s la redención de la humanidad, Cristo es el único intercesor. • ello es que las Escrituras dicen: "Porque hay un solo Dios, un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo >mbre" (1 Timoteo 2:5). El versículo podría leerse fácilmen- ; como, "un intercesor". í<. Esta revelación es clave. Significa que nuestras oraciones Fleje intercesión son siempre y únicamente una extensión de Su \$bra de intercesión. ¿Por qué es esto tan importante? Porque Dios no honrará :Wnguna intercesión excepto la de Cristo, y también porque este entendimiento hará que nuestras oraciones de intercesión Sean infinitamente más poderosas. Volvamos a nuestra conversación en la habitación del tro- loo. Estoy allí pidiendo al Padre que extienda su misericordia '>J traiga salvación a la gente del Tibet. El Padre podría íéontestar: "¿Cómo puedo hacer esto? Son pecadores. Adoran fc falsos dioses, con lo cual realmente están adorando a Sata- nás. Y además, no quieren que lo haga. Ellos nunca lo han 'pedido". Respondo: "Porque Jesús intercedió o medió por ellos, Padre. Estoy pidiendo basándome en lo que Él hizo. Y Él necesita un humano en la tierra para querida por Él porque El está ahora en el cielo. Así que, como El me enseñó, estoy

pidiendo para que Tu Reino venga y Tu voluntad se haga en el Tibet. Estoy pidiendo para que algunos obreros sean envia- dos allí. Estoy pidiendo estas cosas por Cristo y a través de Cristo. Y estoy pidiéndote que lo hagas basándome entera- mente en la obra redentora que Él ya ha hecho". El Padre contesta: "¡Respuesta correcta! Oíste al hombre, Gabriel. ¿Qué estás esperando?"
Distribuidores de Dios
Cuando digo que nuestras oraciones de intercesión son una extensión de Su obra de intercesión, la diferencia está entre distribuir versus producir. No tenemos que producir nada —reconciliación, liberación, victoria, etcétera— sino más bien distribuimos, como los discípulos lo hicieron con los panes y los peces (ver Mateo 14:17-19). Nuestro llamado y función no es reemplazar a Dios, sino liberarle. 5 Nos libra de la intimidación y nos da valor para saber que: • El Productor quiere simplemente distribuir a través de nosotros. • El Intercesor quiere interceder a través de nosotros. • El Mediador quiere mediar a través de nosotros. • El Representante quiere representar a través de noso- tros. • El Intermediario quiere mediar a través de nosotros. • El Victorioso quiere que Su victoria se cumpla a través de nosotros. • El Ministro de reconciliación nos ha dado el ministerio de reconciliación (ver 2 Corintios 5:18,19). Ahora le representamos en Su ministerio de representación. Dios continúa encarnando Su propósito de redención en las vidas humanas. 7

No liberamos a nadie, no reconciliamos a nadie con Dios, no vencemos al enemigo. La obra ya está hecha. La reconci- liación es completa. La liberación y la victoria son completas. La salvación es completa. ¡La intercesión es completa! ¡Se terminó! ¡Está hecha! ¿Upp! Qué alivio. Y sin embargo... s; Debemos pedir la liberación y aplicación de estas cosas. Así que, déjame ofrecerte la siguiente definición bíblica de una oración intercesora: La oración intercesora es una extensión del ministerio de Jesús a través de su Cuerpo, la Iglesia, por medio de la cual mediamos entre Dios y la humanidad con el propósito de reconciliar al mundo con Él, o entre Satanás y la humanidad con el propósito de hacer que se cumpla la x victoria del Calvario. Cristo necesita un humano en la tierra que le represente, al igual que el Padre lo necesitaba. El humano del Padre fue Jesús, y los humanos de Jesús somos nosotros, la Iglesia. Él , dijo: "...Como me envió el Padre, así también yo os envío" t (Juan 20:21). El concepto de ser enviado es importante y da cuerpo a las verdades de las que hemos estado hablando. Un representante es un "enviado". Los enviados tienen autoridad, siempre y cuando representen al que les envía. Las condiciones y la capacidad para llevarlas a cabo o de hacer que se cumplan es la responsabilidad del que envía, no del enviado. Por ejemplo, un embajador que represente a una nación ante otra es un enviado. No tiene autoridad propia, pero está autorizado para representar la autoridad de la nación que lo envía. Jesús fue un enviado. Por ello es que Él tenía autoridad. La recibió del Padre quien le envió. En cuarenta ocasiones, únicamente en el Evangelio de Juan, Él menciona lo impor- tante que es el hecho de haber sido enviado por el Padre. El resultado de este arreglo fue que, en esencia, Él no estaba haciendo las obras, sino el Padre que era quien le había enviado (ver Juan 14:10). Lo mismo ocurre con nosotros. Nuestra autoridad proviene del ser enviados, representando a Jesús. Mientras funcione- mos en esa capacidad, funcionaremos con la autoridad de

Cristo. Y, en esencia, no somos nosotros realmente los que hacemos las obras, sino El. Permítanme ilustrarlo. En 1977, mientras oraba por un próximo viaje a Guatemala, escuché las palabras: En este viaje, representa a Jesús ante la gente. Al principio reprendí a la voz, pensando que era un espíritu maligno intentando engañarme. Pero la voz vino a mí nueva- mente, esta vez añadiendo las palabras: Sé Su voz, sé Sus manos, sé Sus pies. Haz lo que sabes que Él haría si estuviese allí presente. Represéntalo. De pronto lo comprendí. No iba a ir representándome a mí mismo o al ministerio con el que trabajaba. De la misma manera que Jesús representó al Padre —hablando Sus pala- bras y haciendo Sus obras yo tenía que representar a Jesús. Y si realmente creía que estaba funcionando como embajador o como un enviado, entonces podría creer que no era mi auto- ridad o habilidad lo que estaba en cuestión sino la de Cristo —yo simplemente le estaba representando a Él y a lo que ya había hecho. El Jesús de Galilea se convirtió en el Jesús de Guatemala
Una vez en Guatemala viajé con un equipo a una aldea remota lejos de cualquier ciudad moderna. No había corriente eléc- trica, alcantarillado ni teléfonos. Nuestro propósito de estar allí era construir albergues para los aldeanos cuyas casas de adobe habían sido devastadas por el terremoto de 1976. Habían muerto más de 30.000 personas y dejó a 1.000.000 sin un lugar en donde vivir. Habíamos llevado el material en camiones y estábamos construyendo pequeñas casas de una habitación durante las horas en que había luz del día. Por las noches teníamos reuniones en el centro de la aldea, y les predicábamos el evangelio de Jesucristo, explicándoles que era Su amor el que nos motivaba a utilizar nuestro tiempo y gastar nuestro dinero y energía ayudándoles.

Habíamos estado ministrando durante una semana, pero  muy pocas personas habían venido a Cristo. Las personas te escuchaban, pero no respondían. Iba a predicar la última noche de nuestra estancia. Conforme estaba a punto de empezar el servicio, un miembro del equipo me dijo lo que él y otros habían encontrado al otro extremo de la aldea —una pequeña, de seis o siete años, atada a un árbol. No podían creer lo que estaban viendo y le preguntaron a la familia que vivía allí: —¿Por qué está atada a un árbol la ( niña? —Era obvio que vivía en ese lugar, estaba en el patio como si fuera un perro —sucia y sola. | —Está loca —respondieron sus padres—. No podemos ¿: controlarla. Se hace daño a sí misma y a los demás y huye si | la soltamos. No hay nada que podamos hacer por ella así que tenemos que atarla. Mi corazón se destrozó conforme el miembro del equipo compartía lo que había visto. Esto permaneció en mi mente conforme empezó el servicio. Después de unos minutos de haber empezado mi mensaje, estando de pie sobre una mesa '' plegable bajo las estrellas, la misma voz que me había habla- do antes del viaje me empezó a hablar otra vez. Diles que vas a orar por la niña loca que está atada al otro lado de la aldea. Diles que lo vas a hacer en el nombre de i Jesús, del cual has estado predicando, diles que a través de \ Él vas a romper los poderes malignos que la controlan —y \ que cuando esté liberada y normal, entonces se darán cuenta , de que lo que predicas es verdadero. Pueden creer que el , Jesús que predicas es quien tú dices que es. I Respondí a la voz de mi corazón con temor y temblor. Creo  que mis palabras decían algo parecido a: ¿¿QUÉ HAS DICHO??  Las mismas instrucciones. Al ser la clase de hombre de fe que soy, respondí: ¿ Cuál es « el plan B? Rebelión y fracaso, fue la respuesta. ¿Recuerdas qué fue lo I que te dije antes de empezar el viaje? Representa a Jesús. 

La fe empezó a crecer. El énfasis no está en mí en esta situación —pensé para mis adentros—, sino en Aquel que me envió. Simplemente soy un vocal de Él. Yo meramente estoy liberando lo que Él ya ha hecho. Él ya ha terminado el trabajo de liberación de esa pequeña, y mis oraciones liberan ese trabajo. Sólo soy un distribuidor de lo que Él ya ha producido. Ten valor, enviado. ¡Haz que se cumpla la victo- ria! Con una nueva seguridad empecé a informarle a las perso- nas de lo que estaba pensando hacer. Asintieron con la cabeza conforme mencioné a la niña. Las expresiones de intriga se convirtieron en asombro mientras escuchaban mis planes. Entonces oré. Bajo la luz de la luna en una pequeña y remota aldea de Guatemala con un puñado de personas como audiencia, mi vida cambió para siempre. Jesús salió de Su refugio. Se mostró vivo: Relevante... Suficiente... ¡Disponible! Un Jesús que había estado "escon- dido" surgió de las telarañas de la teología. Un Jesús de ayer se convirtió en un Jesús de hoy y de siempre. El Jesús de Galilea se convirtió en el Jesús de Guatemala. Y se me mostró un nuevo plan. Surgió un nuevo concepto —Jesús y yo.
El patrón celestial
Por primera vez comprendí el patrón celestial: Jesús es la Victoria —nosotros somos los que hacemos que se cumpla; Jesús es el Redentor —nosotros somos los que la liberamos; Jesús es la Cabeza —nosotros somos el Cuerpo. Sí, liberó a la pequeña. Sí, la aldea se volvió a Cristo. Sí, Jesús prevaleció a través del enviado. Y la asociación continúa —Dios y los humanos. Pero el patrón correcto es algo clave: Mis oraciones de intercesión liberaron a la obra terminada de intercesión.

Su obra le da poder a mis oraciones —mis oraciones liberan ; Su obra. Las mías extienden las Suyas —las Suyas efectúan las mías. Las mías activan las Suyas —las Suyas validan las mías. En la empresa del Reino, nosotros no nos encontramos en el departamento de producción. Nosotros estamos en la dis- itribución... es una GRAN diferencia. Él es quien las genera. ¿Nosotros las distribuimos.
Los asombrados representan Su imponencia
Creo que esto nos hace colaboradores. ¿Tú qué piensas? Creo íque Cristo es asombroso y quiere que nosotros seamos fasombrados". Humildes asombrados que representan Su •imponencia, pero no obstante asombrados. ¡Somos más que vencedores! Cristo y Sus cristianos, cambiando las cosas en ¡la tierra. Existen muchos individuos heridos y lastimados "atados a  árboles" alrededor del mundo. Tú trabajas entre algunos de ellos, otros viven al otro lado de la calle. Uno de ellos tal vez te acaba de servir en la caja de pago, tal vez te acompañó a tu asiento en un restaurante o te sirvió la comida. Sus cadenas . son el alcohol, las drogas, el abuso, sueños rotos, rechazo, dinero, deseo... ¿Entiendes lo que te quiero decir? El plan A es para personas sobrenaturales, pero comunes como tú y yo: (1) cree de todo corazón en la victoria del . Calvario —convéncete de que fue terminada y es algo completo y (2) levántate en tu papel de enviado, de embajador, de representante autorizado por el Victorioso. Nuestro trabajo no íes tanto de liberar como de creer en el Libertador; no es tanto i sanar como creer en el Sanador. El plan B es desperdiciar la Cruz; dejar a los atormentados en su tormento; y gritar con nuestro silencio: "¡No existe \, ninguna esperanza!"; escuchar al Padre decir nuevamente: "¡"Busqué, pero no encontré a nadie"; es escuchar al Hijo

clamar una vez más: "¡Los obreros! ¿Dónde están los obre- ros?" ¡Vamos iglesia! Desatemos algunas personas. Digámosles que hay un Dios que se preocupa por ellos. ¡Representemos- mediemos-intercedamos! "¿Acaso nadie puede encontrar a los participantes del presente?"


<<  Retroceder                 Continuar >>

jueves, 27 de marzo de 2014

43. LIBRO LA ORACIÓN INTERCESORA DE DUTCH SHEETS


<<  Retroceder                 Continuar >>


Mis hermanos tomando en cuenta el anterior estudio de la seguridad de nuestra salvacion queriamos compartir este libro muy educativo acerca de la oracion, nuestra parte en este plan perfecto de Dios para nosotros. mis hermanos al leer este libro tomemos en cuenta que ninguna alma a la que Dios le ha dado salvacion y posterior el nuevo nacimiento se perderá. Nadie que sea de Dios se perderá. DIos no vino a condenar al mundo sino para que el mundo fuese salvo por medio de El. Si alguien se pierde es porque fue su entera decision personal. Nuestra parte es en la oracion y en obrar juntamente con ellos para que los hermanos no caigan, debemos orar por nuestros hermanos, ¿para que? para que estos no sean cortados antes de tiempo por el Señor, veremos que la oracion es parte de esto. y para eso lo hemos publicado. espero te sea de mucha bendicion. Para nuestro ministerio SI QUE LO ES. son catorce unidades de mucha revelación, saca un poco de tu tiempo para leerlo hasta el final. Te aseguramos que NO TE ARREPENTIRÁS.



Capítulo uno
La pregunta es...

Ninguna esperanza Sabía que la persona por la cual iba a orar estaba muy enferma. Lo que no sabía es que se encontraba en estado de coma, que le habían realizado una traqueotomía en su gargan- ta, que tenía un tubo de alimentación en el estómago y que se encontraba en esa situación desde hacía un año y medio. Verla por primera vez fue como si esperara que el médico me diese una receta o me hubiera realizado una cirugía de cerebro. Su hermana, quien me había invitado a que viniera a visitar a esta mujer joven, no me lo había contado todo por temor a que yo no fuera. Sabía que si lograba que fuera tan sólo una vez, probablemente volvería. ¡Y tenía razón! Los médicos no le dieron ninguna esperanza de vida a Diana (no es su nombre real), ni siquiera que pudiera salir del estado de coma. Aun cuando recuperara la conciencia, bási- camente sería un vegetal, debido al daño tan extenso en su cerebro, o eso era lo que creían los médicos. ¿Has estado alguna vez enfrente de alguien en estas condi- ciones y le has pedido a Dios que haga un milagro? Estar frente a la muerte y pedir la vida puede ser algo intimidante. También es algo que puede enseñarnos mucho —sobre la vida, sobre la muerte, sobre nosotros mismos y sobre Dios.

En especial cuando se está delante de la misma persona sesenta o setenta veces durante una hora en cada ocasión y a través de un año.
Confrontado con lo inesperado
Las cosas no salieron como yo esperaba. La vida rara vez es como nosotros queremos, ¿no es cierto? Esperaba que el Señor sanara a esta mujer joven a través de nuestras oraciones de una manera dramática, fácil y rápida- mente. Después de todo, eso fue lo que sucedió con Jesús. • No esperaba invertir tres o cuatro horas de mi vida cada semana y durante un año (incluyendo el tiempo de viaje). • No esperaba humillación e insultos por parte del perso- nal del lugar donde ella se encontraba. • No esperaba llorar tanto. • No esperaba tener tanto valor en ciertas ocasiones. • No esperaba sentirme tan intimidado en otras ocasio- nes. • No esperaba que se fuese a llevar tanto tiempo. • ¡No esperaba aprender tanto!
El milagro
Sí, ¡Dios restauró a Diana! Sanó su cerebro, la capa externa, la cual los médicos habían dicho que había sido completa- mente destruida por un virus. Toda ella estaba infectada. Habían dicho: "No hay ninguna esperanza". La primera página del Dayton Daily News (no es el lugar ni el periódico real) decía: "Mujer despierta, viva, sanada después de dos años en coma". Los médicos lo llamaron un

"milagro médico". Decían: "No tenemos ninguna explica- ción", aunque no llegaban a darle la gloria a Dios. De hecho, sucedió un sábado por la mañana cuando se encontraba a solas. Esa misma semana Diana había sido trasladada de una residencia de enfermos al hospital para que le trataran una infección. Después de efectuarle más pruebas, los médicos decidieron que su condición había empeorado y le informaron a su familia que posiblemente moriría pronto. Cuando la hermana de Diana me confió esta información, salí hacia el hospital. Al saber que las personas comatosas a menudo pueden escuchar y comprender todo lo que sucede a su alrededor, hablé mucho con ella. Como supimos más tarde, debido al daño cerebral que padecía Diana no me había escuchado. Pero este miércoles por la tarde, hablé con ella como solía hacerlo. —Esta pesadilla casi se acaba —le dije mientras me corrían las lágrimas por las mejillas—. Nada puede detener este milagro. ¡Nada! El recuerdo siempre quedará impreso en mi mente. Confor- me salía llorando del hospital, recuerdo que me decía a mí mismo una y otra vez: "Nada puede detener ese milagro. ¡Nada!"
No sabemos esperar. Estamos en la era del microondas. Dios, sin embargo, generalmente está haciendo escabeche. 
No era únicamente una fuerte esperanza la que tenía en este momento, sino una gran fe. Había acudido a Dios en muchas ocasiones a través de este año para preguntarle si realmente Él me había enviado a esta chica. En cada ocasión recibía la misma certidumbre: "Yo te envié. No te des por vencido".

£1 poder de la persistencia Ahora, me han acusado de ser un tipo muy terco, y supon- go que es cierto. De hecho, mi "terquedad" me ha metido en muchos problemas, incluyendo dos fracturas importan- tes jugando al fútbol americano, cuando un par de tipos que tenían más tamaño y músculos detrás de su "terque- dad" que yo. Sin embargo, la terquedad, se puede dirigir para que sea una fuerza justa llamada persistencia o perseverancia. Me he dado cuenta de que es uno de los atributos más importantes de la vida cristiana. Charles Spurgeon dijo: "Con perseverancia el caracol entró en el arca". 1 Una falta de perseverancia es una de las mayores causas de la derrota, especialmente en la oración. No sabemos esperar correctamente. Estamos en la era de los microondas; Dios, sin embargo, generalmente está haciendo escabeche. Así que, perseveré durante un año, y conforme lo hacía mi fe creció hasta que supe, en lo profundo de mi ser, que íbamos a ganar. Gálatas 6:9 se había convertido en mi lema: "No nos canse- mos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos". Mi perseverancia se vio renovada cuando, tres días después de aquel miércoles en el hospital, Diana se despertó comple- tamente sanada de su cerebro. Las noticias sobre el milagro se extendieron a otras naciones. De hecho, la residencia para enfermos, donde ella había estado, recibió preguntas desde Europa queriendo saber más de la increíble recuperación. Cada hora y cada lágrima que había invertido se convirtie- ron en algo que había valido la pena cuando vi despierta a Diana y le escuché decir las palabras: "Alabado sea el Señor". ¿Qué aprendí en el esfuerzo de ese año? Mucho, ¡a parte de demasiado! Y continúo aprendiendo.
En el "Informe de los últimos días", Leonard Ravenhill habla sobre un grupo de turistas que visitaban una aldea pintoresca y pasaron al lado de un anciano sentado al lado

de una valla. De una manera altanera, uno de los turistas le preguntó: "¿Nació algún hombre grande en esta aldea?" El anciano respondió: "No, sólo han nacido bebés". 2
He aprendido que nadie nace siendo un héroe de la nación. Todos son formados y refinados en el campo de práctica de la vida. Un talentoso juez de Hollywood dijo de Fred Astaire, uno de los principales cantantes, bailarines y actores de todos los tiempos: "No puede actuar. No puede cantar. Puede bailar un poco". 3 Estoy seguro de que Satanás me ha juzgado en ciertas ocasiones de mi vida: "No puede predicar. No puede dirigir. No puede orar un poco". Gracias sean dadas a Dios por Su gracia, paciencia y compromiso para conmigo. En la vida he tropezado más veces hacia adelante que hacia atrás.
Tantas preguntas
Por éste y otros viajes de oración —por fracasos al igual que por victorias— por cientos de horas de estudio, he reunido algunos pensamientos que quisiera compartir contigo. Estoy seguro de que éstos contestarán muchas preguntas, tales como: • ¿Es realmente necesaria la oración? De ser así, ¿por qué? ¿Acaso Dios no es soberano? ¿No significa eso que Él hace lo que quiere y cuando quiere? Si esto es cierto, ¿por qué hay que orar? • ¿Está garantizada automáticamente la voluntad de Dios para un cristiano o está relacionada con la oración y con otros factores? • ¿Por qué tan a menudo cuesta tanto tiempo el que una oración sea contestada? ¿Por qué se requiere perseveran- cia? Jacob luchó con Dios. ¿Es eso lo que debemos hacer en la oración? No me gusta el pensamiento de luchar con Dios ¿y a ti?

• ¿ Qué hay con respecto a las oraciones por los perdidos ? ¿Cómo puedo ser más eficaz? Me frustra un poco intentar pensar en nuevas maneras de pedirle a Dios que salve a las personas, ¿y a ti? Pensé que Él quería salvarlas. Entonces, ¿por qué siento como si intentara convencerlo de que lo haga? ¿Hay alguna forma mejor de hacerlo? ¿Tengo que pedir por su salvación una y otra vez o tengo que pedírselo una sola vez y luego darle gracias por medio de la fe? • ¿Qué sobre la guerra espiritual? Si Satanás ha sido derrotado y Cristo tiene toda la autoridad, ¿no debería- mos olvidarnos ya del diablo? ¿Quién ata al diablo, Dios o nosotros? • ¿Qué es exactamente la oración intercesora? Y no me digas que solamente es "estar en la brecha". Ya tengo suficiente de citas religiosas y modismos espirituales. Sé que el término se toma de la Biblia pero, ¿qué significa? • ¿Y sobre la protección? ¿Dios simplemente permite todo lo que me sucede a mí o a mi familia? ¿O hay algo que deba hacer para procurar mi seguridad? • ¿Cómo "sobrellevamos los unos las cargas de los otros"? (Gálatas 6:2). • ¿Existe un tiempo perfecto para las respuestas de la oración o dicho tiempo depende de mí? ¿Te están cansando estas preguntas? A mí sí —así que aquí me detendré. Tal vez incluso estés cansado de preguntarte algunas de ellas. Por mi parte lo estuve. Muchas personas han dejado de hacerse estas preguntas hace mucho tiempo y también es probable que hayan dejado de orar. ¡Por favor, tú no hagas lo mismo! ¡Sigue preguntando! He descubierto que las respuestas correctas empiezan con las preguntas correctas. También me he dado cuenta de que Dios no se ofende con una pregunta

sincera. Él no satisface al escéptico ni tampoco se agrada en la incredulidad, pero sí ama a una persona que busca con honestidad. Aquellos que carecen de sabiduría y la piden no son rechazados (ver (Santiago 1:5). Dios es un buen Padre. ¿Harías conmigo la siguiente oración?
Padre, necesitamos más comprensión —no más conoci- miento. Tenemos tanto conocimiento que nos estamos con- fundiendo. Sí, e incluso en ocasiones somos cínicos debido a que nuestros conocimientos no siempre han dado resul- tados. De hecho, Padre, la Biblia muy a menudo parece contradecir nuestras experiencias. Necesitamos algunas respuestas. Necesitamos una unión de la teología y de la experiencia. Hemos sido animados por las historias de otros grandes guerreros de la oración —los Hydes, los David Brainerds, los Andrew Murray y los apóstol Pablo. Pero francamente Señor es un poco frustrante cuando nuestras oraciones no parecen dar resultado. Y también es intimidante porque jamás sabemos si alguna vez podremos orar dos o tres horas al día, como lo hacían estos grandes intercesores. Ahora necesita- mos más que inspiración. Necesitamos respuestas. Así que, al igual que tus discípulos, Señor, nosotros deci- mos: "Enséñanos a orar". Sabemos que a menudo requiere de un arduo trabajo, pero ¿no puede ser también divertido? Sabemos que existirán fracasos, pero ¿y si nos dieras unos cuantos éxitos más? Ya sabemos que "andamos por fe, no por vista" (2 Corintios 5:7), pero ¿podríamos ver más victo- rias?... ¿más almas salvadas?... ¿más sanidades? Estamos cansados de cubrir nuestra ignorancia en túnicas de ciega obediencia y de llamarla espiritualidad. Estamos cansa- dos de los ejercicios religiosos que nos hacen sentir mejor durante un rato, pero que dan poco fruto que permanezca. Estamos cansados de tener una forma de piedad sin poder. Ayúdanos, por favor. Oramos en el nombre de Jesús. Amén.


Capítulo dos
La necesidad de la oración

¡Porque yo lo digo!
—¡Porque yo lo digo! ¿No te enojas cuando esa es la razón que te dan para que hagas algo? No sólo es frustrante, sino que también es algo que aniquila la motivación. Una cosa es cuando la pregunta: "¿Por qué?" surge de una resistencia que tiene como raíz la rebelión, pero cuando uno no comprende sinceramente el porqué de las cosas, esta respuesta puede ser odiosa. Recuer- do que me golpeaban los nudillos de la mano con una regla por hacer una pregunta sencilla, "¿por qué?" ¡Zas! —¡Porque yo lo digo! ¡Ahora cállate y hazlo! ¡Aún me gustaría poder golpear los nudillos del profesor con una vara de un metro sin darle ninguna razón para hacerlo! (No se preocupen, trataremos con el perdón y la sanidad interior en otra ocasión). A ninguno nos gusta hacer algo simplemente porque otro lo dice. Ah, sé que en ocasiones Dios pide que hagamos cosas sin que tengamos el pleno conocimiento del porqué, pero generalmente son cuestiones ocasionales de obediencia o de confianza —no es la manera en que Él espera que vivamos nuestra vida regularmente. No somos robots programados que jamás preguntan el porqué de las cosas. Él no pide que tengamos la mentalidad de un avestruz: con la cabeza ente- rrada en la arena, ciegos a la verdad, las cuestiones y los hechos.
Me pregunto el porqué de las cosas
Dios nos ha dado una Biblia llena de respuestas a los porqués de la vida. La pregunta en la que estoy interesado es: ¿Por qué hay que orar? No estoy preguntando el porqué en el sentido de necesitar una u otra cosa. Es obvio que pedimos porque deseamos o necesitamos algo. Estoy hablando del porqué en el contexto de la soberanía de Dios. ¿En realidad importan tanto mis oraciones? ¿A final de cuentas no va a hacer Dios lo que Él quiera? La mayoría de las personas, incluso sólo en el subconsciente, creen eso. La prueba es su vida de oración, o la falta de la misma. ¿Pueden mis oraciones realmente cambiar las cosas? ¿Ne- cesita Dios que ore o sólo desea que lo haga? Algunos argumentarían que un Dios omnipotente no "necesita" nada, incluyendo nuestras oraciones. ¿Puede ser frustrada la voluntad de Dios o no llevarse a cabo si no oro? Algunos me catalogarían como hereje tan sólo por hacer la pregunta. Pero ésta y otras preguntas merecen respuestas. He descu- bierto que entender el porqué se hace alguna cosa, puede ser una gran fuerza motivadora. Lo contrario también es verdad. Cuando niño me preguntaba el porqué de la señal que decía: "No echarse clavados en el agua", en la parte más baja de la piscina. Un día me golpeé la cabeza en el fondo y jamás lo volví a hacer. Solía preguntarme por qué no debía tocar el resplandor rojo de la estufa. Y descubrí el porqué. Me preguntaba por qué un tipo que iba delante de mí, andando por el bosque, decía "Agáchate".

Yo pensaba, no quiero agacharme. No tengo que agachar- ía me. En ese momento, una rama me pegó en la parte superior  de la cabeza, ahora me agacho. v *,' | Necesito saberlo
* Alguien dijo: "Errar es humano, repetir el error es una estupipidez". Estoy seguro de que he calificado en esta área una o «, dos veces, pero no en estas últimas situaciones ¡porque ahora •' sé el porqué de las cosas! Sin embargo, no estamos hablando § de golpes, quemaduras ni rasguños, estamos hablando de un > destino eterno. Estamos hablando de hogares, matrimonios, ;• el bienestar de las personas que amamos, avivamiento en V nuestras ciudades —y la lista es muy larga. 4 Cuando Dios dice: "Ora", quiero saber qué es importante. I No me gustan los ejercicios religiosos y mi tiempo es muy f valioso —igual que el tuyo. ¿Tenía razón o no S.D. Gordon Í: cuando dijo: "Puedes hacer algo más que orar después de que l has orado, pero no puedes hacer otra cosa más que orar hasta i que hayas orado... Orar es lanzar el golpe de la victoria... el ' servicio es recoger los resultados" 1 Si Dios va a hacer algo sin importar si oramos o no, i*í entonces Él no necesita que pidamos y no necesitamos otra -|| cosa que nos haga perder el tiempo. Si todos dicen igual que JT' la canción, lo que será, será, entonces tomemos una siesta y * dejemos que sucedan las cosas. §, Si, por otro lado, John Wesley tenía razón cuando dijo: "Dios no hace nada en la tierra excepto como respuesta a la oración que cree", entonces esto me quitaría el sueño. Cam- biaría mi estilo de vida debido a esto. Apagaría la televisión, e incluso me perdería una o dos comidas. • Necesito saber si el quiste del ovario de mi esposa desapareció por haber orado. • Necesito saber si me salvé en el terremoto debido a que alguien oró.

• Necesito saber si Diane salió del coma con un cerebro restaurado debido a que oramos. • Necesito saber si mis oraciones pueden hacer una dife- rencia entre el cielo y el infierno para una persona.
¿Es realmente necesaria la oración?
La verdadera pregunta es: ¿Necesita un Dios soberano y omnipotente nuestra participación o no? ¿Es la oración real- mente necesaria? De ser así, ¿por qué? Creo que es necesaria. Nuestras oraciones pueden traer avivamiento. Pueden traer sanidad. Podemos cambiar una nación. Fortalezas pueden ser derribadas cuando y debido a que oramos. Estoy de acuerdo con E. M. Bounds cuando dijo:
Dios moldea el mundo a través de la oración. Cuanta más oración haya en la tierra, el mundo será mucho mejor, serán más grandes las fuerzas en contra del mal... las oraciones de los santos de Dios son el mercado monetario celestial por medio del cual Dios lleva a cabo Su gran obra en la tierra. Dios condiciona la misma vida y prosperidad de Su causa en la oración. 2
No podía estar más de acuerdo —y quisiera compartir contigo el porqué creo en esto. Si estás de acuerdo conmigo, vas a orar más. También es muy probable que ores con una fe mayor.
El plan original de Dios
La respuesta a por qué es necesaria la oración yace en el plan original de Dios al crear a Adán. Solía pensar que Adán debió ser sorprendente. Ahora sé que lo fue, como lo dirían mis hijos "requete asombroso". (Para aquellos que no tienen adolescentes o niños pequeños "reque- te" significa "muy o totalmente").

El nombre Adán significa "hombre; ser humano". 3 En otras palabras, Dios creó al hombre y le llamó "Hombre". Hizo a un humano y lo llamó "Humano". Creó un adán y lo llamó "Adán". De hecho, a menudo cuando la Biblia utiliza el término "hombre", la palabra hebrea que se utiliza es adam, deletreada tal y como se utilizaba en el inglés antiguo. Conparto esto simplemente para decir que Adán nos representa a todos. Lo que Dios quiso para él, lo quería para toda la raza humana. ¿Cuál era la intención de Dios? Inicialmente, Dios le dio a Adán y a Eva, y a sus descendientes, el dominio sobre toda la tierra y sobre toda la creación como lo vemos en Génesis 1:26-28:
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y seño- read en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. 
También vemos esto en el Salmo 8:3-8:
Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿ Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies: ovejas y bueyes, todo ello, y asimismo las bestias del campo, las aves de los cielos y los peces del mar; todo cuanto pasa por los sende- ros del mar. 

Adán, el representante de Dios en la tierra La palabra hebrea mashal, traducida "señorear" en el versí- culo 6 de este pasaje, indica que Adán (y finalmente sus descendientes) iba a ser el gerente de Dios aquí en la tierra, el mayordomo o el gobernador de Dios. Adán era el mediador de Dios, el que estaba en medio o el representante. 
Dios no dejó de poseer la tierra, sino que le asignó a la humanidad la responsabilidad de gobernarla 
El Salmo 115:16 también confirma esto: "Los cielos... de Jehová; y ha asignado la tierra a los hijos de los hombres. (Traducción de Moffatt, itálicas añadidas por el autor). Esta traducción comunica con una mayor exactitud el significado de la palabra hebrea nathan, que frecuentemente se traduce como "dado". Dios no dio la tierra que poseía, sino que le asignó a la humanidad la responsabilidad de gobernarla. Génesis 2:15 dice: "Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase". La palabra "guardase" es la traducción de la palabra hebrea shamar que significa "cuidar o proteger". Es la palabra principal utilizada para un vigía en las Escrituras. Adán literalmente era el vigía de Dios o el guardián de la tierra. Ningún estudiante serio de la Biblia tendría algo en contra de que Adán fuese el representante de Dios aquí en la tierra. Pero, ¿qué es lo que de hecho significa representar a alguien? El diccionario define representación como "volver a presen- tar". 5 Otra manera de decirlo podría ser "re-presentar" a alguien. Un representante es alguien que re-presenta la voluntad de otra persona. Yo, por ejemplo, me siento honrado porque a menudo

|; represento a Cristo a través del mundo. Espero presentarlo -$ nuevamente conforme hablo en Su nombre. k El diccionario también da los siguientes significados: "ex- 4 hibir la imagen y la parte de; hablar y actuar con autoridad de parte de ser sustituto o agente de".  Suena muy parecido a lo .' que Dios le dijo a Adán, ¿no creen? A; Ahora, no es una labor pequeña representar a Dios. Por lo ) tanto, para ayudarnos a los humanos a llevar a cabo tal tarea %, de una forma más adecuada, Dios nos hizo como Él. "Y creó i Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón £ y hembra los creó" (Génesis 1:27). La palabra hebrea para |« "imagen" es tselem, la cual involucra el concepto de una \, sombra, un fantasma o una ilusión. 1 k Una ilusión es algo que te parece ver, pero al observarlo |] más de cerca descubres que tus ojos te han hecho una jugada. Cuando el resto de la creación veía a Adán, debieron haberlo visto dos veces, probablemente pensando algo como lo si- •' guiente: Por un momento pensé que era Dios, pero únicamen- te se trata de Adán. ¿Qué te parece esta representación? ¡También es una teología muy fuerte! Además se nos dice que Adán era similar a o comparable a Dios. La palabra hebrea demuwth, traducida "semejanza" en Génesis 1:26, proviene de la raíz damah, que significa • "comparar". 8 ¡Adán era muy parecido a Dios! •í El Salmo 8:5 de hecho dice que los seres humanos fueron hechos "un poco menor que los ángeles". Incluso Dios nos da la capacidad de crear espíritus eternos, ¡algo que no le ha confiado a ninguna otra criatura! A continuación el mismo versículo dice que la humanidad fue coronada con la misma gloria de Dios. Hablando de teología fuerte, la definición de la palabra hebrea kabowd, que se traduce como "gloria", ¡significa literalmente "pesada o de peso"! 9 Esto, por supuesto, está unido al concepto de autoridad. Aún utilizamos la ilustración en la actualidad cuando nos referimos a alguien que "lleva mucho peso". Adán llevaba el peso de la tierra. No sé cuánto

pesaba él, pero "pesaba". ¡Representaba a Dios con toda la autoridad! ¡Él estaba a cargo de todo! La palabra griega para gloria, doxa, es igualmente revela- dora. Involucra el concepto de reconocimiento. De forma más precisa, es aquello que hace que algo o alguien sea reconocido por lo que realmente es. 10 Cuando leemos en las Escrituras que la humanidad es la gloria de Dios (ver 1 Corintios 11:7), nos quiere decir que Dios era reconocido en los humanos. ¿Por qué? Para que los humanos le pudieran representar de una manera exacta. Cuando la creación miraba a Adán, se suponía que debían de ver a Dios. ¡Y eso sucedía! Es decir, hasta que Adán pecó y fue separado de la gloria de Dios. Dios ya no es reconocido en la humanidad caída. Debemos de volver a la imagen de Dios cambiando "de gloria en gloria" (2 Corintios 3:18) para que se vuelva a efectuar este reconocimiento. Mi propósito no es agobiarte ni impresionarte con tantas definiciones, sino más bien ampliar tu comprensión del plan de Dios para la humanidad en la Creación. Por lo tanto, resumamos lo que hemos dicho utilizando una copilación de los versículos y definiciones anteriores:
Adán era comparable o similar a Dios —tan parecido a Dios que formaba una ilusión. Dios era reconocido en Adán, lo cual significa que Adán "llevaba el peso" aquí en la tierra. Adán representaba a Dios, presentando una vez más Su voluntad en la tierra. Adán era el gobernador de Dios o el gerente. La tierra le había sido asignada a Adán, estaba a cargo y al cuidado de él. Adán era el vigía o el guardián. La manera en que iban las cosas en el planeta tierra, para mejor o para peor, dependía de Adán y de su descendencia.
Por favor piensa en ello. Si la tierra hubiese permanecido como el paraíso, se debería a la humanidad. Si las cosas se echaron a perder, fue debido a la humanidad. Si la serpiente logró hacerse del control, se debió a la humanidad. ¡En realidad la humanidad estaba a cargo!

¿Por qué hizo las cosas de esta manera? ¿Por qué se arriesgó? Por lo que sé de Dios por medio de las Escrituras y • por mi andar personal con Él, sólo encuentro una conclusión: ( Dios quería una familia —hijos e hijas que se relacionaran personalmente con Él, y viceversa. Así que creó unos padres originales similares a Sí mismo. Puso Su misma vida y Espíritu en ellos, les dio un bello hogar con muchas mascotas, se sentó y dijo: "Esto es bueno". Diariamente tenía relación con ellos, caminaba con ellos, les enseñaba sobre Sí mismo en su casa. Y les dijo: "Dadme algunos nietos y nietas". Ahora Dios era Padre, ¡y estaba emocionado! Concedido, ésta es la paráfrasis de los Sheets, pero en realidad las Escrituras no cambian —nos llevan a una conclu- sión sobre la necesidad de la oración.
Dios obra a través de las oraciones de Su pueblo
Continuemos hacia esta conclusión. Debido a que estamos hablando de cosas "pesadas", tales como la gloria y las coronas, ilusiones y personas que crean cosas eternas, ¿cuan pesado es esto? Tan completa y final era la autoridad de Adán l sobre la tierra que él, y no sólo Dios, ¡tenía la capacidad de i dársela a alguien más! Escucha las palabras de Satanás en Lucas 4:6,7 conforme tentaba a Jesús: "A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entre- gada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos" (itálicas añadidas por el autor). La parte en la que decía que a él se la había entregado la tierra era cierta, y Jesús lo sabía. Incluso llamó a Satanás "el príncipe de este mundo" en tres ocasiones en los evangelios (ver Juan 12:31; 14:30; 16:11). Y aquí entra la parte fuerte número dos: Tan completa y final era la decisión de Dios para hacer las cosas a través de los seres humanos que le costó a Dios la Encarnación para volver a ganar aquello que Adán había cedido. Tenía que convertirse en parte de la raza humana. No puedo pensar en ninguna verdad más sorprendente. Ciertamente nada podía

dar una prueba más fuerte de la decisión final que Dios tomó "a través de los humanos". Sin lugar a dudas, los humanos siempre iban a ser la unión de Dios con la autoridad y las actividades aquí en la tierra. Creo que aquí tenemos la razón de la necesidad de la oración. Dios eligió, desde el momento de la creación, traba- jar en la tierra a través de los humanos, y no de forma independiente de ellos. Siempre lo ha hecho y siempre lo hará, incluso le costó convertirse en uno de nosotros. Aunque Dios es soberano y omnipotente, las Escrituras nos dicen claramente que Él se ha autohmitado, en lo que se refiere a las cuestiones en la tierra, para obrar a través de los seres humanos. ¿Acaso no es ésta la razón por la cual la tierra es un desastre? No es porque Dios lo desee, sino por Su necesidad de obrar y llevar a cabo Su voluntad a través de las personas. ¿Acaso no es esta la historia que se entreteje a través de las Escrituras?: • Dios y los humanos, para bien o para mal, haciendo las cosas juntos • Dios necesitando hombres y mujeres fieles • Dios necesitando una raza a través de la cual pueda obrar • Dios necesitando profetas • Dios necesitando jueces • Dios necesitando un Mesías humano • Dios necesitando manos humanas para sanar, voces humanas para hablar y pies humanos para desplazarse ¿No necesita que pidamos que nos venga Su reino, y que se haga Su voluntad (ver Mateo 6:10)? Estoy seguro de que Él no querría que desperdiciáramos nuestro tiempo pidiendo algo que de cualquier manera iba a suceder, ¿no crees?
La necesidad de la oración - 33
¿No nos dijo que pidiéramos nuestro pan diario? (Ver Mateo 6:11). Y sin embargo, El conoce nuestras necesidades antes de que siquiera las pidamos. ¿No nos dice que pidamos que sean enviados obreros a la mies? (Ver Mateo 9:38). Pero, ¿acaso el Señor de la mies no ; desea eso más que nosotros mismos? ' ¿No dijo el apóstol Pablo: "...Orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada..." (2 Tesalonicen- ses 3:1)? ¿No estaba ya Dios planeando hacer esto? ¿No son estas cosas la voluntad de Dios? Entonces, ¿por qué se supone que tengo que pedirle algo que Él ya quiere hacer si no es que mis peticiones de alguna manera lo liberan para que lo haga? Veamos brevemente tres pasajes bíblicos más que apoyan esto.
Las oraciones fervientes de Elias En 1 Reyes 18 encontramos la historia cuando Dios necesita y utiliza a una persona para llevar a cabo Su voluntad a través de la oración. Es el relato de Elias orando por lluvia después de tres años de sequía. Santiago 5:17,18 también hace men- ción de esta ocasión, y sabemos por medio de este relato que las oraciones de Elias no trajeron únicamente lluvia, sino que también habían detenido la misma tres años atrás. ¡ Sabemos que estamos en problemas cuando los profetas oran por una sequía! En el versículo uno de 1 Reyes 18, después de tres años de juicio, Dios le habló a Elias y le dijo: "...Ve, muéstrate a Acab, y yo haré llover sobre la faz de la tierra". Luego, al final de este capítulo, después de ocurrir otros acontecimientos, Elias oró siete veces y finalmente llegó la lluvia. Según la declaración del versículo uno, ¿de quién fue la idea de enviar la lluvia? ¿...quién la enviaría? ¿...quién tuvo la iniciativa? Respuesta: Dios, no fue Elias. Entonces, ¿por qué, si era la voluntad de Dios, Su idea y el momento en que Él lo quería, se necesitó de la oración humana para que "trajeran" la lluvia? (Elias se encontraba en

la posición de una mujer que da a luz, dentro de esa cultura, y simbolizaba el concepto de la oración con dolores de parto). ¿Por qué tuvo Elias que pedir siete veces? Siete es el número bíblico de cumplimiento, y estoy seguro de que Dios nos estaba enseñando que debemos orar hasta que el trabajo se lleve a cabo. Pero, ¿por qué éste u otro esfuerzo de la oración requiere perseverancia, cuando se trata de la volun- tad, idea y tiempo de Dios? Y finalmente, ¿fueron realmente las oraciones de Elias las que produjeron la lluvia, o fue sencillamente una coinciden- cia de que él estuviera orando cuando Dios envió la lluvia? Santiago aclara la respuesta a esta última pregunta. Sí, "la oración ferviente eficaz" de este hombre detuvo y trajo la lluvia:
Elias era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto. 
Santiago 5:17,18 La única respuesta lógica a la pregunta de por qué Elias necesitó orar es sencillamente que Dios ha elegido traba- jar a través de las personas. Incluso cuando es el Señor mismo quien inicia algo, y desea hacerlo fervientemente, sigue necesitando que nosotros lo pidamos. Andrew Murray habla brevemente de nuestra necesidad de pedir: "Lo que Dios da está conectado y es inseparable de nuestras peticiones... Sólo por medio de la intercesión se puede traer ese poder del cielo y es lo que capacita a la iglesia para conquistar al mundo". 11 Con respecto a la necesidad de perseverancia de parte de Elias, no quiero comentarlo excesivamente en este momento, pero por ahora es suficiente decir que creo que nuestras oraciones hacen algo más que sólo pedir algo al Padre. Estoy convencido de que en algunas situaciones liberan cantidades
La necesidad de la oración - 35
H acumuladas del poder de Dios hasta que se ha liberado el m suficiente poder para llevar a cabo Su voluntad.
I Daniel: Un hombre de oración i Otro ejemplo que apoya nuestra premisa de la necesidad I absoluta de la oración se encuentra en la vida de Daniel. En I el año 606 A.C. Israel había sido llevado cautivo por otra I! nación debido a sus pecados. Años más tarde en Daniel 9 se i nos dice que mientras leía al profeta Jeremías, Daniel descu- brió que había llegado el tiempo para que terminara la cauti- l vidad de Israel. Jeremías no sólo había profetizado la cautivi- \ dad de la cual formaba parte Daniel, sino que también había « profetizado su duración: 70 años. i En este momento Daniel hizo algo muy diferente a lo que ! la mayoría de nosotros haríamos. Cuando recibimos una [ promesa de avivamiento, liberación, sanidad, restauración,
!etcétera, tendemos a esperar pasivamente en su cumplimiento —pero eso no fue lo que hizo Daniel. Él sabía hacer las cosas de una manera mejor. De alguna manera él debió saber que i Dios necesitaba que él se involucrara porque dijo: "Y volví I mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en \ ayuno, cilicio y ceniza" (Daniel 9:3). | Ningún versículo en Daniel, al contrario de Elias, dice í específicamente que Israel fuese restaurado debido a las [ oraciones de Daniel, pero con el énfasis que se le dan a las ' mismas, la insinuación ciertamente está presente. Sabemos que el ángel Gabriel fue enviado de inmediato después que Daniel empezara a orar. Sin embargo, le tomó 21 días penetrar la batalla en los cielos con el mensaje que le informaba a Daniel: "...Fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido" (Daniel 10:12). No puedo remediar pensar cuántas promesas de Dios se han quedado sin cumplimiento por no haber encontrado la involucración humana que Él necesita. Paul E. Billheimer dice:
Evidentemente Daniel se dio cuenta de que la intercesión tenía un papel que jugar en el cumplimiento de la profecía.

Dios había dado la profecía. Cuando llegó el momento de su cumplimiento Dios no la cumplió arbitrariamente y fuera de Su programa de la oración. Dios buscó un hombre en cuyo corazón pudiera colocar una carga de interce- sión... Como siempre. Dios tomó la decisión en el cielo. Un hombre fue llamado para llevar a cabo esa decisión en la tierra a través de la fe y de la intercesión" , 12
Dios necesita nuestras oraciones
Otra Escritura que apoya fuertemente nuestro argumento de que incluso cuando la existencia y el carácter de Dios son independientes por completo de cualquier cosa creada (ver Hechos 17:24,25) y de que Dios tiene todos los recursos a Su disposición (ver Job 41:11; Salmo 50:10-12), Dios necesita nuestras oraciones:
Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé. Por tanto, derramé sobre ellos mi ira; con el ardor de mi ira los consumí; hice volver el camino de ellos sobre su propia cabeza, dice Jehová el Señor. 
Ezequiel 22:30,31 Las implicaciones de este versículo son sorprendentes. La santidad, integridad y verdad de Dios le evita que excuse simplemente los pecados. Deben de ser juzgados. Por otro lado, no solamente Dios es santo, sino que también es amor y Su amor siempre desea redimir, restaurar y mostrar miseri- cordia. Las Escrituras nos dicen que Dios no se complace en la muerte de los malos (ver Ezequiel 33:11). Este pasaje dice claramente: "Aunque Mi justicia deman- daba juicio, Mi amor deseaba el perdón. Si hubiese encontra- do a un humano que me pidiera que salvara a este pueblo, lo

podría haber hecho. Me habría permitido mostrar misericordia. Pero como no encontré a ninguno, tuve que destruirlos". No me gustan las implicaciones de este pasaje, al igual que a ti. No quiero esa responsabilidad. No me gusta considerar * las ramificaciones de un Dios que de alguna forma se ha autolimitado a nosotros los terrenales. Pero a la luz de éste y de otros pasajes, al igual que por la condición del mundo, no , puedo llegar a otra conclusión. O Dios quiere que la tierra se encuentre, o no, en estas condiciones. Si no lo quiere, lo cual es el caso, entonces debemos asumir una de dos cosas. O Dios no tiene poder para hacer algo al respecto, o Él necesita y está esperando algo de . nuestra parte para realizar un cambio. Peter Wagner está de • acuerdo con esto cuando dice:
Debemos entender que nuestro Dios soberano, por Sus propias razones, ha diseñado de tal forma a este mundo que muchas de las cosas que realmente provienen de Él de- penden de las actitudes y acciones de los seres humanos. Él permite que los humanos tomen decisiones que pueden influir en la historia... La falta de acción por parte de los humanos no anula el sacrificio, pero la falta de acción por parte de los humanos pueden hacer que el sacrificio no tenga efecto en las personas perdidas.
Esta verdad podría intimidarnos por la responsabilidad que implica, o incluso condenarnos debido a nuestra falta de ora- ción. Pero también existe otra posibilidad. Una responsabili- dad también puede ser un privilegio; una responsabilidad se puede disfrutar. Si se le permite, esta revelación puede elevarnos dentro de nuestro corazón a nuevas posiciones de dignidad junto a nuestro Padre celestial y junto a nuestro Señor Jesús. Jack Hayford dijo: "La oración es esencialmente í una sociedad entre el hijo redimido de Dios trabajando mano a mano con Dios hacia la reahzacion de Su propósito redentor en la tierra". 14 Aprovechemos la ocasión y abracemos la increíble invita- ción de ser colaboradores de Dios... de ser portadores de su asombroso Espíritu Santo y embajadores de Su gran reino. ¡Seamos sus representantes! ¡Despiértanos a nuestro destino, Señor!

<<  Retroceder                 Continuar >>