Capítulo tres
Re-presentando a Jesús
Buscando respuestas
Cuando no sabes qué es lo que buscas, es probable que jamás lo encuentres. Cuando no sabes lo que haces, es probable que no lo hagas bien. Recuerdo que un día estaba sentado en la clase de inglés durante la preparatoria. Jamás había sido bueno en inglés —estaba demasiado ocupado haciendo cosas importantes, tales como jugar al fútbol americano y realizar competencias de pista. Era un viernes por la tarde y teníamos un gran juego esa noche. Es probable que se imaginen en donde se encon- traba mi mente. Después de colocar el balón en la zona de anotación, escuchaba el clamor ensordecedor de la multitud, mi mente volvió gradualmente a mi clase de inglés. La profesora estaba diciendo algo sobre el "pretérito perfecto". Bueno, no tenía ni idea de lo que era un pretérito, pero no me sonaba a nada bueno. Y sabía que por el hecho de estar en "perfecto" significaba que era una situación del momento o algo que estaba presente en el salón.
—Dutch —me dijo la profesora, probablemente se había dado cuenta de que estaba en otro lugar—: ¿Podrías encon- trarnos el pretérito perfecto? No sabía si debía buscarlo en el suelo, en el techo o fuera de la ventana. Intentando mostrarme inocente, inteligente y tan interesado como fuera posible, busqué alrededor del salón durante unos segundos antes de responder: —No, señorita, no veo ese perfecto por ningún lado. Pero no se preocupe, estoy seguro de que aparecerá por alguna parte. Jamás me imaginé lo que era ese pretérito perfecto, pero no debió ser algo tan malo o tan serio como yo pensaba porque, cuando di mi respuesta, todo el mundo se rió. Me sentí aliviado, después de añadir un poco de paz a la profesora que se encontraba obviamente turbada, y por poder salir de una situación potencialmente embarazosa. En fin ¿qué es la intercesión? No, eso no lo es. Sé que han hecho oraciones o cosas similares. Pero técni- camente hablando, la intercesión no es una oración. La ora- ción intercesora es la oración. La intercesión es algo que una persona hace y que puede hacerla en la oración. Eso es tan confuso como el pretérito perfecto, ¿no creen? Piensa de la siguiente manera: Estar de acuerdo no es oración, pero existe la oración para decir que estamos de acuerdo. La fe no es oración, pero existe la oración de fe. De la misma forma que una persona no puede orar intencional- mente una oración de acuerdo hasta que comprenda el signi- ficado del acuerdo, una persona no será muy eficaz en la oración intercesora hasta que comprenda el concepto de la intercesión. ¿Me comprenden? Antes de definir la intercesión —para que podamos definir la oración intercesora— no lo vamos a hacer únicamente de una forma literal, veámoslo también en el contexto de (1) el plan de Dios para la humanidad en el momento de la Crea- ción, (2) la interrupción del mismo plan debido a la Caída y (3) la solución de Dios. En otras palabras, vamos a ver el
¿concepto de la intercesión en estas situaciones y permitiremos que nos ayuden para su definición. Esto hará tres cosas: {„ 1. Te ayudará a comprender el concepto de intercesión para que puedas comprender la oración intercesora. \ 2. Te ayudará para que veas el papel de Cristo como el Intercesor. (Nuestra oración de intercesión siempre y únicamente será una extensión de Su obra intercesora. Esto es algo crucial y se volverá más claro conforme progresemos). « ; 3. Con esa clase de conocimiento, ¡te volverás la persona más espiritual de tu grupo de oración! r ' H I' * Definiendo la intercesión í i , Veamos primeramente el concepto literal de intercesión; lue- > go pensaremos en él en el contexto de la Caída. • Según Webster, interceder significa "ir o pasar entre; actuar i entre partidos con la visión de reconciliar a aquellos que \ difieren o contienden, interponerse; mediar o interceder; me- ; diación". 1 !• Utilizando la misma fuente; mediar significa "entre dos »' extremos"; interponerse entre partidos, al igual que un amigo v de ambos; negociar entre diferentes personas con la intención de reconciliar: mediar paz; intercesión". 2 Por favor fíjense que estos términos son mayormente sinó- nimos con algunas palabras repetidas que se utilizan para definir a cada una de ellas —entre interponer y reconciliar. , También fíjate que una se utiliza para definir a la otra: mediación define intercesión e intercesión define mediación. Como se puede ver claramente por medio de estas defini- ' ciones, el concepto de intercesión se puede resumir como mediar, estar en medio, rogar por otro, representar a una parte ante otra para, pero no limitado a, situaciones legales. La intercesión ocurre diariamente en nuestros tribunales con los abogados que interceden por sus clientes.
La intercesión ocurre en los contratos diariamente con abogados que representan a una parte ante otra. La intercesión ocurre en las reuniones de oficina y de negocios diariamente conforme las secretarias u otros traba- jadores "están de por medio", representando a un lado y al otro. No hay nada espiritual en todo esto. Involucra delegar. Involucra autoridad. Se resume en la representación. Como lo discutimos en el capítulo anterior, representar significa re-presentar, o volver a presentar. Hace muchos años mi padre contrató a un intercesor (lo llamamos abogado) para que lo representara en la corte. Papá había sido detenido por unos policías, golpeado y encerrado en la cárcel —todo esto mientras mi madre y mi hermana de tres años lo observaban. ¡Los policías lo habían confundido! Papá se dirigía a casa después de una reunión en la iglesia en la que había predicado esa noche, lo cual añadió ironía e injusticia a toda esta situación. Nuestro abogado se colocó entre papá, el juez, el otro abogado y la policía. Escuchó el caso, reunió las pruebas, se enteró de lo que quería papá y luego le re-presentó ante los jueces. Fue un buen mediador. Ganamos. No todas las intercesiones tienen que ver con un abogado. Esto es únicamente un ejemplo. Cualquier trabajo de repre- sentación o mediación es una intercesión. Ahora, pensemos en este concepto a la luz de la Creación y la Caída. Adán se suponía que representaba a Dios en el planeta Tierra —dirigiéndolo, gobernándolo para Él. Dios le dijo a Adán lo que quería y Adán le representó ante el resto de la tierra. Adán era un mediador de Dios. Literalmente, Adán era el intercesor de Dios o el mediador en la tierra.
Cristo, el Intercesor final Adán, por supuesto, fracasó y Dios tuvo que enviar a otro humano llamado el "postrer Adán" para hacer lo que el primer
Adán supuestamente tenía que haber hecho, y arreglar el ^ desastre del primer Adán. Así que Cristo vino a re-presentar • a Dios en la tierra. Se convirtió en el intercesor o mediador, ' se puso en medio y re-presentó a Dios ante la humanidad. Según Juan 1:18, Jesús nos mostró a Dios: "A Dios nadie te vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, . él le ha dado a conocer". La palabra griega traducida "cono- cer" de hecho es exegeomaP de la cual obtenemos la palabra ^exégeta". ?" Probablemente has oído del niño pequeño quien "estaba ^haciendo un dibujo y le dijo su profesora: —Es un dibujo ./Interesante. Explícamelo. ; —Es un dibujo de Dios. —Pero nadie sabe como es Dios. i' —Lo sabrán cuando haya terminado —dijo el joven artis- %. 4 ¡Jesús vino y nos hizo un dibujo de Dios! Ahora sabemos como es. Pero esa no es la única dirección de Su intercesión. Existe una gran minoría en el hecho de que el Hombre que debía ser el intercesor, mediador o representante de Dios en la tierra ahora necesitaba que alguien mediara por él. Aquel que fue creado para representar a Dios en la tierra ahora necesitaba a *' alguien que le representase ante Dios. Cristo, por supuesto, se convirtió en el representante, intercesor o mediador, no sólo representó a Dios ante el hombre, sino que también representó al hombre ante Dios. ¡Este Dios-hombre fue el abogado de ambas partes! El es el último y el único intermediario. Él es "...apóstol [Dios a la raza humana] y sumo sacerdote [la raza humana a Dios] de nuestra profesión..." (Hebreos 3:1). El es el gran intermediario de Job, pendiendo entre el cielo y la tierra, colocando una mano en Dios y la otra sobre los humanos (ver Job 9:32,33). ¿Estás comprendiendo la ilustración? La intercesión de Cristo, apegándonos a su significado literal, no fue una ora- ción la que hizo, sino que El hizo una obra de mediación.
Jesús no está orando por nosotros; está intercediendo para que podamos orar. Esto es lo que significa pedir "en Su nombre".
Y espero que estés listo para esto: No creo que la interce- sión que se le atribuye ahora mismo en el cielo por nosotros sea una oración. Estoy seguro de que se refiere a Su obra de mediación (ver 1 Timoteo 2:5), a que es nuestro Abogado delante del Padre (ver 1 Juan 2:1). Ahora está trabajando como nuestro representante garantizando nuestro acceso al Padre y nuestros beneficios de la redención. De hecho, Él nos dice en Juan 16:26 que no está pidiendo al Padre por nosotros: "En aquel día pediréis en mi nombre; y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros". Entonces, ¿qué es lo que hace conforme intercede por nosotros? Está mediando o de intermediario, no para librarnos de los cargos en contra nuestra como lo hizo para redimirnos de nuestros pecados, sino para presentar a cada uno de nosotros como justo y como Su pertenencia. Cuando me acerco al trono, Él siempre está allí diciendo algo como: "Padre, Dutch está aquí para hablar contigo. No viene por sus propios méritos o justicia, él está aquí basándose en Mí. Está aquí en Mi nombre. Estoy seguro de que recuerdas que he sido el intermediario entre Tú y Dutch y le diste acceso a Ti. Tiene que preguntarte algunas cosas". Puedes oír al Padre decir como respuesta: Por supuesto que lo recuerdo, Hijo. Tú le hiciste uno de nosotros. Porque vino a través de Ti, Dutch es siempre bienvenido. Entonces me mira y dice: Ven con valor ante mi trono de gracia, Hijo, y hazme tus peticiones. Jesús no está orando por nosotros; Él está intercediendo por nosotros para que podamos orar. Esto es lo que quiso decir con "en Su nombre".
Miremos un aspecto más de la intercesión de Cristo en el itexto de la Caída. Básicamente, la humanidad necesitaba ; cosas después de la Caída: Necesitaban a alguien que se iterpusiera" entre ellos mismos y Dios para reconciliarse a 'mismos para con Dios; también necesitaban a alguien que "interpusiera" entre ellos y Satanás para separarse de él. Jno estaba uniendo, el otro estaba desuniendo. Uno restable- ié la cabeza, el otro rompió la cabeza. Eran dos formas de Itercesión. \\ Necesitábamos ambas. Jesús hizo las dos. Como interce- -mediador, Él intercedió entre Dios y la humanidad, recon- íándonos con el Padre; y entre Satanás y la humanidad, Mnpiendo los lazos de Satanás. Esta fue la obra redentora de ¡intercesión y está completa. Por lo tanto, en el sentido legal s la redención de la humanidad, Cristo es el único intercesor. • ello es que las Escrituras dicen: "Porque hay un solo Dios, un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo >mbre" (1 Timoteo 2:5). El versículo podría leerse fácilmen- ; como, "un intercesor". í<. Esta revelación es clave. Significa que nuestras oraciones Fleje intercesión son siempre y únicamente una extensión de Su \$bra de intercesión. ¿Por qué es esto tan importante? Porque Dios no honrará :Wnguna intercesión excepto la de Cristo, y también porque este entendimiento hará que nuestras oraciones de intercesión Sean infinitamente más poderosas. Volvamos a nuestra conversación en la habitación del tro- loo. Estoy allí pidiendo al Padre que extienda su misericordia '>J traiga salvación a la gente del Tibet. El Padre podría íéontestar: "¿Cómo puedo hacer esto? Son pecadores. Adoran fc falsos dioses, con lo cual realmente están adorando a Sata- nás. Y además, no quieren que lo haga. Ellos nunca lo han 'pedido". Respondo: "Porque Jesús intercedió o medió por ellos, Padre. Estoy pidiendo basándome en lo que Él hizo. Y Él necesita un humano en la tierra para querida por Él porque El está ahora en el cielo. Así que, como El me enseñó, estoy
pidiendo para que Tu Reino venga y Tu voluntad se haga en el Tibet. Estoy pidiendo para que algunos obreros sean envia- dos allí. Estoy pidiendo estas cosas por Cristo y a través de Cristo. Y estoy pidiéndote que lo hagas basándome entera- mente en la obra redentora que Él ya ha hecho". El Padre contesta: "¡Respuesta correcta! Oíste al hombre, Gabriel. ¿Qué estás esperando?"
Distribuidores de Dios
Cuando digo que nuestras oraciones de intercesión son una extensión de Su obra de intercesión, la diferencia está entre distribuir versus producir. No tenemos que producir nada —reconciliación, liberación, victoria, etcétera— sino más bien distribuimos, como los discípulos lo hicieron con los panes y los peces (ver Mateo 14:17-19). Nuestro llamado y función no es reemplazar a Dios, sino liberarle. 5 Nos libra de la intimidación y nos da valor para saber que: • El Productor quiere simplemente distribuir a través de nosotros. • El Intercesor quiere interceder a través de nosotros. • El Mediador quiere mediar a través de nosotros. • El Representante quiere representar a través de noso- tros. • El Intermediario quiere mediar a través de nosotros. • El Victorioso quiere que Su victoria se cumpla a través de nosotros. • El Ministro de reconciliación nos ha dado el ministerio de reconciliación (ver 2 Corintios 5:18,19). Ahora le representamos en Su ministerio de representación. Dios continúa encarnando Su propósito de redención en las vidas humanas. 7
No liberamos a nadie, no reconciliamos a nadie con Dios, no vencemos al enemigo. La obra ya está hecha. La reconci- liación es completa. La liberación y la victoria son completas. La salvación es completa. ¡La intercesión es completa! ¡Se terminó! ¡Está hecha! ¿Upp! Qué alivio. Y sin embargo... s; Debemos pedir la liberación y aplicación de estas cosas. Así que, déjame ofrecerte la siguiente definición bíblica de una oración intercesora: La oración intercesora es una extensión del ministerio de Jesús a través de su Cuerpo, la Iglesia, por medio de la cual mediamos entre Dios y la humanidad con el propósito de reconciliar al mundo con Él, o entre Satanás y la humanidad con el propósito de hacer que se cumpla la x victoria del Calvario. Cristo necesita un humano en la tierra que le represente, al igual que el Padre lo necesitaba. El humano del Padre fue Jesús, y los humanos de Jesús somos nosotros, la Iglesia. Él , dijo: "...Como me envió el Padre, así también yo os envío" t (Juan 20:21). El concepto de ser enviado es importante y da cuerpo a las verdades de las que hemos estado hablando. Un representante es un "enviado". Los enviados tienen autoridad, siempre y cuando representen al que les envía. Las condiciones y la capacidad para llevarlas a cabo o de hacer que se cumplan es la responsabilidad del que envía, no del enviado. Por ejemplo, un embajador que represente a una nación ante otra es un enviado. No tiene autoridad propia, pero está autorizado para representar la autoridad de la nación que lo envía. Jesús fue un enviado. Por ello es que Él tenía autoridad. La recibió del Padre quien le envió. En cuarenta ocasiones, únicamente en el Evangelio de Juan, Él menciona lo impor- tante que es el hecho de haber sido enviado por el Padre. El resultado de este arreglo fue que, en esencia, Él no estaba haciendo las obras, sino el Padre que era quien le había enviado (ver Juan 14:10). Lo mismo ocurre con nosotros. Nuestra autoridad proviene del ser enviados, representando a Jesús. Mientras funcione- mos en esa capacidad, funcionaremos con la autoridad de
Cristo. Y, en esencia, no somos nosotros realmente los que hacemos las obras, sino El. Permítanme ilustrarlo. En 1977, mientras oraba por un próximo viaje a Guatemala, escuché las palabras: En este viaje, representa a Jesús ante la gente. Al principio reprendí a la voz, pensando que era un espíritu maligno intentando engañarme. Pero la voz vino a mí nueva- mente, esta vez añadiendo las palabras: Sé Su voz, sé Sus manos, sé Sus pies. Haz lo que sabes que Él haría si estuviese allí presente. Represéntalo. De pronto lo comprendí. No iba a ir representándome a mí mismo o al ministerio con el que trabajaba. De la misma manera que Jesús representó al Padre —hablando Sus pala- bras y haciendo Sus obras yo tenía que representar a Jesús. Y si realmente creía que estaba funcionando como embajador o como un enviado, entonces podría creer que no era mi auto- ridad o habilidad lo que estaba en cuestión sino la de Cristo —yo simplemente le estaba representando a Él y a lo que ya había hecho. El Jesús de Galilea se convirtió en el Jesús de Guatemala
Una vez en Guatemala viajé con un equipo a una aldea remota lejos de cualquier ciudad moderna. No había corriente eléc- trica, alcantarillado ni teléfonos. Nuestro propósito de estar allí era construir albergues para los aldeanos cuyas casas de adobe habían sido devastadas por el terremoto de 1976. Habían muerto más de 30.000 personas y dejó a 1.000.000 sin un lugar en donde vivir. Habíamos llevado el material en camiones y estábamos construyendo pequeñas casas de una habitación durante las horas en que había luz del día. Por las noches teníamos reuniones en el centro de la aldea, y les predicábamos el evangelio de Jesucristo, explicándoles que era Su amor el que nos motivaba a utilizar nuestro tiempo y gastar nuestro dinero y energía ayudándoles.
Habíamos estado ministrando durante una semana, pero muy pocas personas habían venido a Cristo. Las personas te escuchaban, pero no respondían. Iba a predicar la última noche de nuestra estancia. Conforme estaba a punto de empezar el servicio, un miembro del equipo me dijo lo que él y otros habían encontrado al otro extremo de la aldea —una pequeña, de seis o siete años, atada a un árbol. No podían creer lo que estaban viendo y le preguntaron a la familia que vivía allí: —¿Por qué está atada a un árbol la ( niña? —Era obvio que vivía en ese lugar, estaba en el patio como si fuera un perro —sucia y sola. | —Está loca —respondieron sus padres—. No podemos ¿: controlarla. Se hace daño a sí misma y a los demás y huye si | la soltamos. No hay nada que podamos hacer por ella así que tenemos que atarla. Mi corazón se destrozó conforme el miembro del equipo compartía lo que había visto. Esto permaneció en mi mente conforme empezó el servicio. Después de unos minutos de haber empezado mi mensaje, estando de pie sobre una mesa '' plegable bajo las estrellas, la misma voz que me había habla- do antes del viaje me empezó a hablar otra vez. Diles que vas a orar por la niña loca que está atada al otro lado de la aldea. Diles que lo vas a hacer en el nombre de i Jesús, del cual has estado predicando, diles que a través de \ Él vas a romper los poderes malignos que la controlan —y \ que cuando esté liberada y normal, entonces se darán cuenta , de que lo que predicas es verdadero. Pueden creer que el , Jesús que predicas es quien tú dices que es. I Respondí a la voz de mi corazón con temor y temblor. Creo que mis palabras decían algo parecido a: ¿¿QUÉ HAS DICHO?? Las mismas instrucciones. Al ser la clase de hombre de fe que soy, respondí: ¿ Cuál es « el plan B? Rebelión y fracaso, fue la respuesta. ¿Recuerdas qué fue lo I que te dije antes de empezar el viaje? Representa a Jesús.
La fe empezó a crecer. El énfasis no está en mí en esta situación —pensé para mis adentros—, sino en Aquel que me envió. Simplemente soy un vocal de Él. Yo meramente estoy liberando lo que Él ya ha hecho. Él ya ha terminado el trabajo de liberación de esa pequeña, y mis oraciones liberan ese trabajo. Sólo soy un distribuidor de lo que Él ya ha producido. Ten valor, enviado. ¡Haz que se cumpla la victo- ria! Con una nueva seguridad empecé a informarle a las perso- nas de lo que estaba pensando hacer. Asintieron con la cabeza conforme mencioné a la niña. Las expresiones de intriga se convirtieron en asombro mientras escuchaban mis planes. Entonces oré. Bajo la luz de la luna en una pequeña y remota aldea de Guatemala con un puñado de personas como audiencia, mi vida cambió para siempre. Jesús salió de Su refugio. Se mostró vivo: Relevante... Suficiente... ¡Disponible! Un Jesús que había estado "escon- dido" surgió de las telarañas de la teología. Un Jesús de ayer se convirtió en un Jesús de hoy y de siempre. El Jesús de Galilea se convirtió en el Jesús de Guatemala. Y se me mostró un nuevo plan. Surgió un nuevo concepto —Jesús y yo.
El patrón celestial
Por primera vez comprendí el patrón celestial: Jesús es la Victoria —nosotros somos los que hacemos que se cumpla; Jesús es el Redentor —nosotros somos los que la liberamos; Jesús es la Cabeza —nosotros somos el Cuerpo. Sí, liberó a la pequeña. Sí, la aldea se volvió a Cristo. Sí, Jesús prevaleció a través del enviado. Y la asociación continúa —Dios y los humanos. Pero el patrón correcto es algo clave: Mis oraciones de intercesión liberaron a la obra terminada de intercesión.
Su obra le da poder a mis oraciones —mis oraciones liberan ; Su obra. Las mías extienden las Suyas —las Suyas efectúan las mías. Las mías activan las Suyas —las Suyas validan las mías. En la empresa del Reino, nosotros no nos encontramos en el departamento de producción. Nosotros estamos en la dis- itribución... es una GRAN diferencia. Él es quien las genera. ¿Nosotros las distribuimos.
Los asombrados representan Su imponencia
Creo que esto nos hace colaboradores. ¿Tú qué piensas? Creo íque Cristo es asombroso y quiere que nosotros seamos fasombrados". Humildes asombrados que representan Su •imponencia, pero no obstante asombrados. ¡Somos más que vencedores! Cristo y Sus cristianos, cambiando las cosas en ¡la tierra. Existen muchos individuos heridos y lastimados "atados a árboles" alrededor del mundo. Tú trabajas entre algunos de ellos, otros viven al otro lado de la calle. Uno de ellos tal vez te acaba de servir en la caja de pago, tal vez te acompañó a tu asiento en un restaurante o te sirvió la comida. Sus cadenas . son el alcohol, las drogas, el abuso, sueños rotos, rechazo, dinero, deseo... ¿Entiendes lo que te quiero decir? El plan A es para personas sobrenaturales, pero comunes como tú y yo: (1) cree de todo corazón en la victoria del . Calvario —convéncete de que fue terminada y es algo completo y (2) levántate en tu papel de enviado, de embajador, de representante autorizado por el Victorioso. Nuestro trabajo no íes tanto de liberar como de creer en el Libertador; no es tanto i sanar como creer en el Sanador. El plan B es desperdiciar la Cruz; dejar a los atormentados en su tormento; y gritar con nuestro silencio: "¡No existe \, ninguna esperanza!"; escuchar al Padre decir nuevamente: "¡"Busqué, pero no encontré a nadie"; es escuchar al Hijo
clamar una vez más: "¡Los obreros! ¿Dónde están los obre- ros?" ¡Vamos iglesia! Desatemos algunas personas. Digámosles que hay un Dios que se preocupa por ellos. ¡Representemos- mediemos-intercedamos! "¿Acaso nadie puede encontrar a los participantes del presente?"